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Ni una despensa nos dan, porque no tuvimos muchos daños

Incertidumbre entre vecinos por reparto de ayuda; se favorecerá a los más afectados
 
Periódico La Jornada
Lunes 2 de noviembre de 2009, p. 27

Montículos de lodo y vehículos dañados sobre las avenidas, bolsas de basura, muebles, montones de ropa en azoteas o patios, y las huellas del agua en los muros, que alcanzó más de un metro de altura, fue el escenario que se observó ayer en las colonias de la delegación Gustavo A. Madero afectadas por la tromba que cayó este fin de semana, cuyos afectados apenas han comenzado a recuperarse de la tragedia.

En Cuautepec Barrio Bajo permea la incertidumbre sobre cuál será el apoyo que recibirán de las autoridades capitalinas por la pérdida de su patrimonio. Los damnificados expresaron que han sido visitados por brigadas de participación ciudadana para levantar un censo de las afectaciones, pero no les han garantizado ninguna ayuda, porque se dará prioridad a los que tuvieron mayores daños.

Jenaro García estaba solo el día de la inundación. El agua subió tan rápido en su casa, ubicada en la calle Allende, que él no alcanzó a salvar sus pertenencias. Refrigerador, estufa, sillones, mesas y hasta su cama se echaron a perder; se quedó prácticamente sin nada. A pesar de ello, autoridades le comentaron que sólo brindarán apoyo a quienes habitan en Barrio Alto.

Situación similar vive su vecina, Josefina Martínez. Ella y su esposo tuvieron que lavar su casa y pertenencias sin el apoyo de las autoridades. Ni siquiera, dice, ha pasado el servicio recolector de basura, apenas vino el camión este domingo y mi esposo tuvo que seguirlos en un triciclo para tirar lo que se nos echó a perder.

A raíz de la tromba, refiere Josefina Martínez, quien tiene más de 40 años de vivir en dicha colonia, perdieron sus muebles, trastes y alacena; pero ni una despensa nos va a tocar, porque aquí no resultamos tan dañados.

En su colonia ya están acostumbrados a las inundaciones, pues es común que se desborde el río ubicado en la barranca de Peña Gorda. Hasta tenemos una lámina de 50 centímetros que ponemos en las puertas para que no se meta el agua, pero esta vez nos rebasó el nivel.

Entre el olor a aguas negras que aún se percibe en el ambiente, las familias damnificadas de la colonia La Forestal continúan con las labores de limpieza de sus viviendas. Apenas anoche me pude acostar a medio dormir, expresó Victoria Lecona, que en los pasados dos días se dio a la tarea, junto con su familia, de sacar el lodo de su casa y subir en tabiques los muebles que pudo rescatar.

Con dolores en la espalda y las piernas, así como infecciones en los pies, acudió ayer al centro de salud de Palmatitla para recibir atención médica con uno de sus nietos, de año y medio de edad, a quien al acompañar a su mamá a comprar velas en medio de la tormenta se le vino encima una puerta. Desde entonces ha estado muy inquieto y venimos a que lo revisen, apuntó.

Esa noche personal de Protección Civil cortó la energía eléctrica como medida de seguridad y a oscuras tuvieron que subir los muebles al segundo piso de su casa. Sin embargo, da gracias que no pasó a mayores el incidente. Si yo lloraba, los vecinos estaban peor: a ellos los bomberos los tuvieron que venir a rescatar, porque les llegó el agua hasta el cuello, relató.

La labor de limpieza de los días recientes incluso la ha mantenido al margen de la ayuda de las autoridades. Nos dijeron que podemos pasar a recoger una despensa, pero con las filas que hay a qué hora se forma uno, señaló.