Jartum, 27 de octubre. Más de 300 mil niños menores de cinco años mueren cada año en Sudán por causas evitables, de ellos 110 mil en su primer mes de vida, afirmó hoy un responsable del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que también dio la voz de alarma por el índice de mortalidad de las mujeres durante el parto.

Mientras, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, renovó las sanciones de su país contra Sudán, bajo la estrategia de mantener la presión mientras ofrece incentivos a Jartum.

Tenemos 305 mil niños menores de cinco años que mueren cada año por causas evitables... Entre ellos, 110 mil fallecen durante sus 28 primeros días, declaró a los periodistas Nils Kastberg, jefe en Sudán del Unicef.

Sudán, el país más extenso de África, tiene 39 millones de habitantes. El sur del país intenta cicatrizar sus heridas después de 22 años de una guerra civil con el norte, que concluyó en 2005. Entre tanto se libra una guerra desde 2003 en la región occidental de Darfur, cerca del vecino Chad.

Según estimaciones de Naciones Unidas, alrededor de 300 mil personas perdieron la vida debido al conflicto en Darfur, o sea tantas como niños de corta edad fallecidos al año en todo el país.

Llegamos cuatro semanas demasiado tarde para salvarles la vida. El tema no es saber lo que podemos hacer en cinco años, sino lo que hacemos en las cuatro semanas que siguen a su nacimiento, dijo Kastberg en Jartum.

Estos niños fallecen con frecuencia de malaria, de diarrea o de infecciones respiratorias, aseguró el responsable, quien destacó además que los problemas de desnutrición a corta edad hacen que los bebés sean más vulnerables a estas enfermedades.

Por su parte, la extensión de un año de las sanciones de Estados Unidos contra Sudán, oficializada por Obama en una nota enviada al Congreso de Estados Unidos, se produjo después del anuncio que realizó este mes sobre una nueva política de incentivo y castigo para terminar con la violencia en la región sudanesa de Darfur y el sur seminautónomo.

El mandatario estadunidense, quien durante la campaña presidencial instó a tomar una postura más dura con el gobierno de Jartum, ha justificado el cambio diciendo que es necesario para evitar que el país africano, rico en petróleo, se suma en el caos.

Funcionarios estadunidenses dijeron que la aproximación de Washington a Jartum no incluiría al presidente Omar Hassan Bashir, acusado en marzo por la Corte Penal Internacional de crímenes de guerra en la lucha contra rebeldes de la región de Darfur.