El artista mostrará su instalación Yohualhuacan en el Museo Dolores Olmedo
reivindicar nuestra ancestralidad
La serie resalta la representación tan singular de la calavera en la cultura nacional, indica
Miércoles 28 de octubre de 2009, p. 5
Entre lo terrenal y el inframundo. A esa frontera alude el artista Andrés Moctezuma Barragán en su instalación Yohualhuacan (lugar donde se hace la noche), que será exhibida en el Museo Dolores Olmedo del 31 de octubre al 3 de enero del próximo año, como parte del tradicional programa del recinto para conmemorar el Día de Muertos.
Integrada por 26 obras, la instalación tiene como pieza central un enorme mural gráfico de 60 metros cuadrados en el que el también investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana ofrece una versión contemporánea de un tzompantli, altar de origen prehispánico en el que las culturas mesoamericanas empalizaban las cabezas o cráneos de sus víctimas.
En este caso, el autor lo integra mediante 476 cuadros con grabados en varios colores que evocan cráneos humanos. La realización del mural se remonta a 2001; ha sido expuesto en los museos Nacional de Antropología, del Templo Mayor y del Castillo de Chapultepec, así como en el Centro Cultural Santo Domingo, en Oaxaca.
Ésta es la primera ocasión que el mural sale de su contexto individual y se integra a una obra mayor, la instalación Yohualhuacan, la cual fue concebida como una manera de reinvindicar nuestra ancestralidad
.
En ésa, como en el resto de las obras que integran la muestra –la mayoría esculturas elaboradas con mosaicos–, la calavera es la protagonista.
El artista realizó esta serie para resaltar la representación tan singular que la calavera tiene para la cultura mexicana
, subrayó ayer en conferencia de prensa.
A mi manera de ver (la calavera) representa una suerte de transición hacia el inframundo, el punto entre lo terrenal y la muerte.
Tanto el mural como la instalación, en su concepción y creación, responden a un interés del artista por tender un puente de comunicación con la estética prehispánica, como parte de su búsqueda por mantener y reivindicar la larga trayectoria plástica y visual que existe en el país desde hace miles de años.
Destacó al respecto la sensibilidad de la cultura mexicana por el tema de la muerte, que en términos estéticos, desde épocas ancestrales, se ha traducido en una sensación de lo sublime.
Para la elaboración de las piezas tridimensionales en mosaico, el creador, siempre interesado en la arqueología, sintetizó dos técnicas milenarias. Por una parte, retomó el trabajo en teselas en mármoles y canteras de la época romana prebizantina y, por otra, acudió a la volumetría escultórica de las culturas mesoamericanas.
Cabe resaltar que con la muestra Yohualhuacan (lugar donde se hace la noche) el recinto de avenida México 5843, La Noria, Xochimilco, refrenda un convenio de intercambio con la UAM.
Impasse legal
Al término de la conferencia de prensa, el director del Fideicomiso Diego Rivera y Frida Kahlo, Carlos Olmedo Phillips, aclaró en entrevista que no hay novedad alguna respecto de la denuncia que esa instancia interpuso ante la Procuraduría General de la República el pasado 22 de septiembre.
La acción legal se relaciona con la publicación de los libros Finding Frida Kahlo (editado por Princeton Architectural Press) y El laberinto de Frida Kahlo: muerte, dolor y ambivalencia, cartas ilustradas, dibujos y notas íntimas (Centro de Estudios de Arte Mexicano), por considerar que la mayoría de las obras que reproducen no son originales de esa artista.
Destacó que para certificar la autenticidad de las obras, el fideicomiso cuenta con un comité técnico de 15 expertos en las obras de Frida y Diego, a los que se puede consultar para corroborar la originalidad de una pieza.