FOTO: Enrique Pérez S. / Anec
ACUERDAN LEGISLADORES
DE CHIHUAHUA INSTITUIR
EL DÍA DEL MAÍZ
PRIORITARIO, RESTITUIR LA PRODUCCIÓN
SUSTENTABLE DEL GRANO
El Congreso de Chihuahua acordó celebrar el
Día del Maíz todos los años cada 29 de septi
embre con jornadas educati vas, culturales y
gastronómicas en toda la enti dad; al mismo
ti empo exhortó al Ejecuti vo federal a que
declare este día una celebración nacional y
en el marco de lo que sería una revaloración
del grano, de las prácti cas y técnicas sustentables
de su producción y de la agricultura
campesina, se impulsen políti cas de desarrollo
rural tendentes a la soberanía alimentaria.
Este acuerdo –que además llamó a la Cámara
de Senadores a aprobar de manera urgente la
Ley de Planeación por la Soberanía y Seguridad
Agroalimentaria y Nutricional, la cual ti ene
congelada desde la anterior legislatura– derivó
de una iniciati va presentada precisamente el
29 de septi embre pasado por el diputado local
perredista Víctor Manuel Quintana Silveyra.El legislador argumentó que la agricultura
campesina se ha debilitado; dijo que si bien la
producción de maíz blanco en México es superavitaria,
el culti vo de este grano en ti erras de
temporal se ha mantenido a la baja (los excedentes
se generan sobre todo en el noroeste,
región que acapara subsidios y cuya agricultura
es intensiva en uso de agroquímicos), debido al
paradigma vigente en las políti cas públicas desde
los años 80s, “según el cual es mejor exportar
mexicanos e importar comida que apoyar a
los campesinos para que culti ven aquí nuestros
alimentos”, y el resultado es “hambre y éxodo”.Afi rmó que reivindicar al maíz es prioritario,
pues de las casi 300 variedades que se desarrollaron
con el ti empo en múlti ples condiciones
agroecológicas, hoy sólo se culti van unas 30. Señaló
que debemos reverti r no sólo las asimetrías
del mercado que afectan a los campesinos, sino
también y sobre todo “la perversidad de un modelo
tecnológico que los obliga a emplear dosis
crecientes de abonos químicos que proporcionan
una apariencia de ferti lidad pero agotan
los suelos (...) envenenan los suelos y las aguas
enfermando al agricultor y a los consumidores”.Reconoció que hoy, por la emigración, en los
pueblos casi no hay mano de obra disponible, y
por ello pequeñas parcelas de maíz para autoconsumo
recurren a la estrategia de los agroquímicos
y del menor trabajo posible, “vía sin
duda insostenible, pero por un ti empo adecuada
a las condiciones de migración”.
La argumentación del punto de acuerdo afi rma
que “salvar al país es salvar al maíz”. Pero salvar
al maíz es restaurar la milpa como paradigma de
agricultura sustentable basada en la diversidad
producti va y sustento de la pluralidad cultural.
Y para eso el campo mexicano necesita una cirugía
mayor; una recti fi cación profunda que es
impensable sin un cambio de rumbo general,
un viraje histórico en el modelo civilizatorio”. |
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No a transgénicos; sí a la producción
campesina, demandas en el día del maíz
- Con asistencialismo no resolveremos la crisis: dicen organizaciones
FOTO: Fernando Óscar Martín |
El 29 de septiembre, fecha en que se inician las cosechas en
muchas zonas de producción de México, cientos de organizaciones
de la sociedad civil celebraron el Día del Maíz.
En la plaza central de la Ciudad de México, una veintena de representantes
de la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País y de la Campaña
Mesioamericana Vamos al Grano formó un muro humano con
la leyenda “Maíz y Libertad” y dieron lectura al “Pronunciamiento por
el maíz”, mismo que luego entregaron en Palacio Nacional dirigido al
presidente Felipe Calderón. En el texto las agrupaciones exigen al gobierno
que rechace la siembra de maíz transgénico en territorio nacional;
demandan que se prohíba la utilización de alimentos y tierras agrícolas
para producir agrocombustibles, y piden acciones y políticas que impulsen
las capacidades productivas de los campesinos y que protejan nuestra
alimentación, considerando que en México casi 20 millones de personas
sufren pobreza alimentaria, o sea hambre.
“Este es un llamado urgente al gobierno federal para que se
responsabilice y detenga el avanzado proceso de destrucción de las
sociedades rurales y los recursos naturales y recupere el potencial
productivo del país. La verdadera independencia y soberanía residen
en la capacidad de producir en el país los alimentos que necesita
nuestra gente. Si el gobierno no atiende este llamado estará renunciando
a su deber plasmado en la Constitución y será responsable de
las consecuencias derivadas de representar intereses contrapuestos
al bienestar del la gente”, advierte el documento. Las organizaciones
convocantes sostuvieron que la solución a la crisis que vivimos –con
una alta dependencia alimentaria (cinco mil millones de dólares de
importaciones anuales de granos y oleaginosas), con una reducción
en la producción campesina de maíz (un millón de hectáreas menos
en la década reciente), con el hambre y/o desnutrición de uno de
cada cinco mexicanos y con el negocio de la agroindustria en manos
de multinacionales– no se resolverá con más impuestos o con más
programas de caridad, asistencialistas y clientelares “que hunden a
los mexicanos en un círculo vicioso de pobreza”.
Es indispensable, dijeron, “regresar a los hombres y mujeres
del campo las posibilidades de producir alimentos y generar riqueza
para todos los mexicanos”.
A lo largo del Día del Maíz hubo actividades: una transmisión radiofónica
en vivo, simultánea para las radios comunitarias del país;
la celebración del ritual por los cuatro rumbos del maíz; la participación
de grupos culturales, artísticos y actividades para niños; una
videoconferencia con representantes de Sin Maíz No Hay País de
Chihuahua, Jalisco, Veracruz y Chiapas, y la campanada y el “grito
por la independencia alimentaria” en el Zócalo capitalino. Allí,
Rubén Albarrán, vocalista de Café Tacuba y el grupo Los Músicos de
José pidieron a la gente que prefiera el consumo de maíz mexicano.
“Se trata de que la gente compre el maíz que se produce en
México, porque si no, lo que provocamos es que se joda la economía
de aquí. ¿Qué es eso de comprar maíz transgénico?”, dijo con
una mazorca en la mano.
La jornada en el centro de la Ciudad de México implicó la exposición
de fotografías “El maíz es la raíz”, de David Lauer, y “Tres
años en lucha. Memoria fotográfica de la Campaña Sin Maíz No
Hay País”, de varios autores; una ofrenda al maíz, a cargo de Doña
Amalia de Xochimilco; y una manta artística por el maíz, elaborada
por Vicente Rojo; Rafael Barajas El Fisgón; Marco Buenrostro, y
Gabriel Leñero, entre otros.
PRIMER FORO DE COMERCIO JUSTO Del 29 de septiembre al uno de octubre pasados se realizó el Primer Foro Nacional de Comercio
Justo y Producción Orgánica en el Polyforum Cultural Siqueiros. Allí se expuso la estrategia por
medio de la cual productores de café, miel, artesanías, granos y otros han logrado evadir obstáculos
del mercado (como el coyotaje y pagos debajo de los costos) y establecer una relación más directa
con los consumidores, a quienes ofrecen alimentos sanos, en muchos casos orgánicos y elaborados
con respeto al medio ambiente. En México ya más de 11 mil pequeños productores del campo y sus
familias participan en el Comercio Justo nacional o internacional. FOTO: Octaviano García Ugalde |
FOTO: Gustavo Graf |
FOTO: Gustavo Graf
FOTO: Enrique Pérez S. / Anec
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El 29 de septiembre, Día Nacional del Maíz, los hermanos Briz ofrecieron una comida en el restaurante El Cardenal.
Asistieron Elena Álvarez Bullya, investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM; Héctor Bourges, director de
Nutrición del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán; Marcela Briz-Garizurieta, doctora
en Ciencia Política; Mercedes de la Garza, directora del Instituto de Investigaciones Filológicas e integrante de la
Cátedra UNESCO de Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNAM; Antonio Serratos, doctor en Biotecnología e
investigador de la UACM; Rodolfo Stavenhagen, investigador de El Colegio de México que fuera relator especial para
los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU y subdirector general de la UNESCO, y su esposa Elia Stavenhagen,
así como José del Val, director del Programa Universitario México Multicultural de la UNAM. Compartieron además la
mesa Claudio y Silvia Poblete, de Culinaria Mexicana, y Cristina Barros y Marco Buenrostro, integrantes de la campaña
Sin Maíz No Hay País. El propósito de la comida fue saborear platillos de maíz en compañía de colegas que aportan
distintas visiones respecto del maíz desde su especialidad. FOTO: Arturo Aguirre
FOTO: Gustavo Graf
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