17 de octubre de 2009     Número 25

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada


FOTO: Enrique Pérez S. / Anec

ACUERDAN LEGISLADORES DE CHIHUAHUA INSTITUIR EL DÍA DEL MAÍZ

PRIORITARIO, RESTITUIR LA PRODUCCIÓN SUSTENTABLE DEL GRANO

El Congreso de Chihuahua acordó celebrar el Día del Maíz todos los años cada 29 de septi embre con jornadas educati vas, culturales y gastronómicas en toda la enti dad; al mismo ti empo exhortó al Ejecuti vo federal a que declare este día una celebración nacional y en el marco de lo que sería una revaloración del grano, de las prácti cas y técnicas sustentables de su producción y de la agricultura campesina, se impulsen políti cas de desarrollo rural tendentes a la soberanía alimentaria.

Este acuerdo –que además llamó a la Cámara de Senadores a aprobar de manera urgente la Ley de Planeación por la Soberanía y Seguridad Agroalimentaria y Nutricional, la cual ti ene congelada desde la anterior legislatura– derivó de una iniciati va presentada precisamente el 29 de septi embre pasado por el diputado local perredista Víctor Manuel Quintana Silveyra.El legislador argumentó que la agricultura campesina se ha debilitado; dijo que si bien la producción de maíz blanco en México es superavitaria, el culti vo de este grano en ti erras de temporal se ha mantenido a la baja (los excedentes se generan sobre todo en el noroeste, región que acapara subsidios y cuya agricultura es intensiva en uso de agroquímicos), debido al paradigma vigente en las políti cas públicas desde los años 80s, “según el cual es mejor exportar mexicanos e importar comida que apoyar a los campesinos para que culti ven aquí nuestros alimentos”, y el resultado es “hambre y éxodo”.Afi rmó que reivindicar al maíz es prioritario, pues de las casi 300 variedades que se desarrollaron con el ti empo en múlti ples condiciones agroecológicas, hoy sólo se culti van unas 30. Señaló que debemos reverti r no sólo las asimetrías del mercado que afectan a los campesinos, sino también y sobre todo “la perversidad de un modelo tecnológico que los obliga a emplear dosis crecientes de abonos químicos que proporcionan una apariencia de ferti lidad pero agotan los suelos (...) envenenan los suelos y las aguas enfermando al agricultor y a los consumidores”.Reconoció que hoy, por la emigración, en los pueblos casi no hay mano de obra disponible, y por ello pequeñas parcelas de maíz para autoconsumo recurren a la estrategia de los agroquímicos y del menor trabajo posible, “vía sin duda insostenible, pero por un ti empo adecuada a las condiciones de migración”.

La argumentación del punto de acuerdo afi rma que “salvar al país es salvar al maíz”. Pero salvar al maíz es restaurar la milpa como paradigma de agricultura sustentable basada en la diversidad producti va y sustento de la pluralidad cultural. Y para eso el campo mexicano necesita una cirugía mayor; una recti fi cación profunda que es impensable sin un cambio de rumbo general, un viraje histórico en el modelo civilizatorio”.

No a transgénicos; sí a la producción
campesina, demandas en el día del maíz

  • Con asistencialismo no resolveremos la crisis: dicen organizaciones

FOTO: Fernando Óscar Martín

El 29 de septiembre, fecha en que se inician las cosechas en muchas zonas de producción de México, cientos de organizaciones de la sociedad civil celebraron el Día del Maíz.

En la plaza central de la Ciudad de México, una veintena de representantes de la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País y de la Campaña Mesioamericana Vamos al Grano formó un muro humano con la leyenda “Maíz y Libertad” y dieron lectura al “Pronunciamiento por el maíz”, mismo que luego entregaron en Palacio Nacional dirigido al presidente Felipe Calderón. En el texto las agrupaciones exigen al gobierno que rechace la siembra de maíz transgénico en territorio nacional; demandan que se prohíba la utilización de alimentos y tierras agrícolas para producir agrocombustibles, y piden acciones y políticas que impulsen las capacidades productivas de los campesinos y que protejan nuestra alimentación, considerando que en México casi 20 millones de personas sufren pobreza alimentaria, o sea hambre.

“Este es un llamado urgente al gobierno federal para que se responsabilice y detenga el avanzado proceso de destrucción de las sociedades rurales y los recursos naturales y recupere el potencial productivo del país. La verdadera independencia y soberanía residen en la capacidad de producir en el país los alimentos que necesita nuestra gente. Si el gobierno no atiende este llamado estará renunciando a su deber plasmado en la Constitución y será responsable de las consecuencias derivadas de representar intereses contrapuestos al bienestar del la gente”, advierte el documento. Las organizaciones convocantes sostuvieron que la solución a la crisis que vivimos –con una alta dependencia alimentaria (cinco mil millones de dólares de importaciones anuales de granos y oleaginosas), con una reducción en la producción campesina de maíz (un millón de hectáreas menos en la década reciente), con el hambre y/o desnutrición de uno de cada cinco mexicanos y con el negocio de la agroindustria en manos de multinacionales– no se resolverá con más impuestos o con más programas de caridad, asistencialistas y clientelares “que hunden a los mexicanos en un círculo vicioso de pobreza”.

Es indispensable, dijeron, “regresar a los hombres y mujeres del campo las posibilidades de producir alimentos y generar riqueza para todos los mexicanos”.

A lo largo del Día del Maíz hubo actividades: una transmisión radiofónica en vivo, simultánea para las radios comunitarias del país; la celebración del ritual por los cuatro rumbos del maíz; la participación de grupos culturales, artísticos y actividades para niños; una videoconferencia con representantes de Sin Maíz No Hay País de Chihuahua, Jalisco, Veracruz y Chiapas, y la campanada y el “grito por la independencia alimentaria” en el Zócalo capitalino. Allí, Rubén Albarrán, vocalista de Café Tacuba y el grupo Los Músicos de José pidieron a la gente que prefiera el consumo de maíz mexicano.

“Se trata de que la gente compre el maíz que se produce en México, porque si no, lo que provocamos es que se joda la economía de aquí. ¿Qué es eso de comprar maíz transgénico?”, dijo con una mazorca en la mano.

La jornada en el centro de la Ciudad de México implicó la exposición de fotografías “El maíz es la raíz”, de David Lauer, y “Tres años en lucha. Memoria fotográfica de la Campaña Sin Maíz No Hay País”, de varios autores; una ofrenda al maíz, a cargo de Doña Amalia de Xochimilco; y una manta artística por el maíz, elaborada por Vicente Rojo; Rafael Barajas El Fisgón; Marco Buenrostro, y Gabriel Leñero, entre otros.

PRIMER FORO DE COMERCIO JUSTO
Del 29 de septiembre al uno de octubre pasados se realizó el Primer Foro Nacional de Comercio Justo y Producción Orgánica en el Polyforum Cultural Siqueiros. Allí se expuso la estrategia por medio de la cual productores de café, miel, artesanías, granos y otros han logrado evadir obstáculos del mercado (como el coyotaje y pagos debajo de los costos) y establecer una relación más directa con los consumidores, a quienes ofrecen alimentos sanos, en muchos casos orgánicos y elaborados con respeto al medio ambiente. En México ya más de 11 mil pequeños productores del campo y sus familias participan en el Comercio Justo nacional o internacional. FOTO: Octaviano García Ugalde


FOTO: Gustavo Graf


FOTO: Gustavo Graf


FOTO: Enrique Pérez S. / Anec


El 29 de septiembre, Día Nacional del Maíz, los hermanos Briz ofrecieron una comida en el restaurante El Cardenal. Asistieron Elena Álvarez Bullya, investigadora del Instituto de Ecología de la UNAM; Héctor Bourges, director de Nutrición del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán; Marcela Briz-Garizurieta, doctora en Ciencia Política; Mercedes de la Garza, directora del Instituto de Investigaciones Filológicas e integrante de la Cátedra UNESCO de Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNAM; Antonio Serratos, doctor en Biotecnología e investigador de la UACM; Rodolfo Stavenhagen, investigador de El Colegio de México que fuera relator especial para los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONU y subdirector general de la UNESCO, y su esposa Elia Stavenhagen, así como José del Val, director del Programa Universitario México Multicultural de la UNAM. Compartieron además la mesa Claudio y Silvia Poblete, de Culinaria Mexicana, y Cristina Barros y Marco Buenrostro, integrantes de la campaña Sin Maíz No Hay País. El propósito de la comida fue saborear platillos de maíz en compañía de colegas que aportan distintas visiones respecto del maíz desde su especialidad. FOTO: Arturo Aguirre


FOTO: Gustavo Graf