Existe alta disponibilidad de alimentos en México y Sudamérica, destaca director
El apoyo a la agricultura es de 365 mil mdd, y el gasto militar de 1.34 billones, deplora
Jueves 15 de octubre de 2009, p. 29
Roma, 14 de octubre. La crisis económica mundial tiene efectos devastadores
sobre el hambre en el mundo, advirtió la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en su informe anual sobre la inseguridad alimentaria.
Precisó que este año aumentaron a mil 20 millones las personas que padecen hambre a consecuencia de la crisis, el nivel más alto desde 1970. Una de cada seis personas padece hambre y desnutrición, es decir, 100 millones de personas más que en 2008.
En el caso de América Latina, las crisis simultáneas de alimentos y económica elevaron a 53 millones la cifra de personas que padecen hambre, informó la oficina regional de la FAO.
Explicó que el problema mantiene a 15 millones de niños menores de cinco años con desnutrición crónica, y las poblaciones infantiles de Guatemala, Bolivia, Honduras, Perú y Ecuador son las más afectadas, mientras en países como México se presentan las mayores desigualdades.
Apuntó que en 29 países se encuentran niveles alarmantes de desnutrición, sobre todo en África y Asia. “Ninguna nación está libre y, como siempre, son los países más pobres –y las poblaciones más desprotegidas– los que más sufren”, lamentó Jacques Diouf, director general de la FAO, en un informe realizado conjuntamente con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y presentado en vísperas del Día Mundial de la Alimentación, que se conmemorará el próximo viernes.
Jacques Diouf exhortó a los países industrializados a incrementar sus esfuerzos en la lucha contra el hambre. Lo que falta es la voluntad política para erradicarla
, porque existen las condiciones técnicas y económicas, aseveró.
En países en vías de desarrollo, la mayor cantidad de hambrientos
Cada año el apoyo a la agricultura en los países de la OCDE es de 365 mil millones de dólares, mientras el gasto militar es de 1.34 billones de dólares
, deploró el director de la FAO, y expresó a que de la misma manera que las naciones poderosas reaccionaron de forma rápida, colectiva y enérgica
a la crisis económica mundial, ahora se necesita el mismo compromiso fuerte para combatir el hambre
.
De acuerdo con el informe dado a conocer por la FAO, la mayoría de las personas que padecen hambre y desnutrición viven en los países en vías de desarrollo, y entre ellas la mayor parte (642 millones) en la región Asia-Pacífico. Le siguen África subsahariana, con 265 millones; América Latina y el Caribe, con 53 millones; Medio Oriente y el norte de África, con 42 millones. En cambio, en los países industrializados el hambre afecta a 15 millones de personas en total.
El informe destaca que la crisis actual no tiene precedentes históricos
, porque conjuga varios factores. En primer lugar, la recesión económica se solapa con la crisis alimentaria, que entre 2006 y 2008 disparó el precio de los alimentos. Aunque los precios ya comenzaron a bajar, siguen volátiles.
En segundo lugar, la crisis afectó grandes partes del mundo de forma simultánea, a diferencia de lo que había ocurrido hasta ahora, cuando las crisis se circunscribían a una región. Esto hizo menos efectivas herramientas tradicionales como la solicitud de préstamos, la devaluación de la moneda o la mayor asistencia pública.
En tercer lugar, el hecho de que los países en desarrollo estén ahora más integrados financiera y comercialmente que hace 20 años los dejó más expuestos a las perturbaciones de los mercados internacionales.
La situación, provocada en parte por el abandono de las políticas de fomento agrícola, coincide con la existencia de una alta disponibilidad de alimentos, principalmente en México y Sudamérica, detalló el director regional de la FAO, José Graziano.
De hecho, en México, así como en Uruguay, Brasil, Argentina y Chile hay al menos 50 por ciento más de los nutrientes mínimos que las personas necesitan para alimentarse adecuadamente. No obstante, en estos países la desnutrición infantil es de entre 7 y 15.5 por ciento. La única excepción es Chile, con 2.1 por ciento.
Brasil, Cuba y Chile, por ejemplo, han consolidado importantes avances en la lucha contra el hambre, agregó Graziano.