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Kessel argumenta ahorro, pero señala que el presupuesto de la empresa se entregará a CFE

Analiza el gobierno crear nueva paraestatal que sustituya a LFC

Atribuye a deficiencias de Luz y Fuerza que se inhibieran inversiones en el centro del país

La secretaria de Energía destaca el desempeño de la Comisión Federal de Electricidad

 
Periódico La Jornada
Miércoles 14 de octubre de 2009, p. 27

La secretaria de Energía, Georgina Kessel, señaló que el gobierno tiene en análisis la conveniencia de crear una nueva paraestatal con capital cien por ciento del Estado, aunque evadió precisar si el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) podría participar en ella.

La otra opción, añadió, es que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se haga cargo de Luz y Fuerza del Centro (LFC) de forma definitiva.

Refirió que la deficiente operación de esa empresa provocó que se inhibieran inversiones y se dejaran de generar empleos en la zona centro del país, pero ante la falta de cifras concretas la funcionaria argumentó que a diciembre de 2008 la paraestatal no atendió solicitudes de prestación de servicio por aproximadamente mil megavatios que equivalen a casi uno por ciento del producto interno bruto (PIB).

Al dar a conocer el diagnóstico de la empresa extinta por decreto, la funcionaria dijo que la situación financiera de LFC era insostenible debido al creciente deterioro provocado por las altas prestaciones de los trabajadores y el deficiente desempeño operativo.

Afirmó que el pasivo laboral ascendía a 240 mil millones de pesos, de los cuales 80 mil millones correspondían a los trabajadores en activo y 160 mil millones al personal jubilado, y que la empresa no contaba con un fondo para cubrir el pasivo laboral.

Pérdidas de $25 mil millones

Como parte de una larga lista de cifras negativas, Kessel dijo que el valor estimado de las pérdidas totales de la empresa es de 25 mil millones de pesos anuales, lo que equivale a 32.5 por ciento de la energía eléctrica, contra 10.7 por ciento que se pierde en la CFE.

Destacó que entre 2001 y 2008 las transferencias del gobierno federal hacia LFC se incrementaron en más de 200 por ciento; en 2009 habrían sido de 42 mil millones de pesos y al cierre del sexenio habrían alcanzado 300 mil millones.

Al ser cuestionada sobre la responsabilidad que tuvo la dirección de LFC en su deterioro financiero, así como la del gobierno, dijo que hubo constante preocupación por sanear sus finanzas y que la herramienta para conseguirlo fue la propuesta de convenios de productividad, el primero planteado en 1994, hasta uno más reciente de hace dos años, pero ninguno se cumplió.

Se trataba de que no tuviéramos que estar canalizando cada vez más recursos que provienen de los impuestos que pagamos todos los ciudadanos para cubrir las ineficiencias de una empresa paraestatal. La situación financiera de LFC era insostenible y las decisiones se tomaron para no estarle canalizando recursos que se deben aprovechar de mejor manera, particularmente en las condiciones actuales de la economía del país.

Y como muestra de que para el gobierno la desaparición de LFC es un hecho, dijo que el presidente Felipe Calderón le notificó a la presidencia de la mesa directiva de la Cámara de Diputados sobre el hecho y los motivos que tuvo para emitir el decreto.

Argumentó que entre las razones que llevaron al Ejecutivo a terminar con la existencia de LFC está la recomendación que hizo la Auditoría Superior de la Federación en la revisión de la Cuenta Pública 2006 para que las secretarías de Energía y de Hacienda se coordinaran para evaluar la conveniencia de elaborar estudios que sustenten la posibilidad de proceder en términos de lo que dispone el artículo 16 de la Ley Federal de las Entidades Paraestatales, en el que se señala que cuando algún organismo descentralizado creado por el Ejecutivo deje de cumplir con sus fines u objeto, o su funcionamiento no resulte ya conveniente desde el punto de vista de la economía nacional o del interés público, la Secretaría de Hacienda, en atención de la dependencia coordinadora, propondrá al Ejecutivo la disolución, liquidación o extinción de aquél.

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Georgina Kessel, secretaria de Energía, ayer en conferencia de prensa sobre el proceso de liquidación de Luz y Fuerza del Centro y la dependencia que asumirá las funciones de la empresaFoto José Antonio López

Kessel señaló que a la CFE se le transferirán recursos que ya estaban presupuestados para LFC, a fin de que pueda cumplir con la administración de ésta y asegurar que los usuarios tengan el suministro de la manera más eficiente posible para fomentar las inversiones y la generación de empleos en el centro del país.

Si bien en el alegato oficial para justificar la desaparición de LFC figura que ante la ineficiencia de la paraestatal se perdieron inversiones y no se crearon empleos en esta región, no pudo ofrecer cifras contundentes. Sólo dijo que la negación de factibilidad de LFC hasta 2008 sumaba alrededor de mil megavatios en términos de demanda que tendrían que haberse suministrado, lo que representa casi un punto del PIB. Son montos significativos que equivalen a no darle energía a ciudades como Tijuana, Querétaro o dos veces Acapulco.

Critica beneficios contractuales

En su diagnóstico, la funcionaria criticó la excesiva plantilla laboral y los beneficios del contrato colectivo de trabajo (CCT) de los integrantes del SME, entre los que destacó la posibilidad de tener hasta 10 meses de permiso al año con goce de sueldo; el pago de viáticos y lavado de ropa aunque no salieran de la ciudad, y una cuota de energía eléctrica de 350 kilovatios-hora al mes, la cual durante 2008 tuvo un costo para la empresa de 540 millones de pesos.

Destacó que las altas prestaciones y el deficiente desempeño operativo provocaron que en 2003 los costos de LFC fueran 1.7 veces el valor de las ventas, y cinco años más tarde fueron dos veces más, lo que se traduce en ventas por 50 mil 792 millones de pesos contra costos de 107 mil 25 millones.

Asimismo dijo que a junio de 2009 el precio medio de venta de energía en LFC fue 52 por ciento más costoso, ya que el costo se ubicó en 0.92 pesos contra un precio de 1.40 pesos.

En una constante comparación con CFE, detalló que durante 2008 la paraestatal que dirige Alfredo Elías Ayub atendió a 610 usuarios por trabajador contra 292 de LFC; el tiempo de interrupción por usuario en CFE fue de 75.7 minutos y en la empresa extinta de 108, mientras que la construcción de líneas de transmisión en LFC se llevaba el doble de tiempo que en su contraparte y costaba tres veces más.