Washington, 12 de octubre. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llamó este lunes a sus pares de México, Felipe Calderón; Colombia, Álvaro Uribe, y Costa Rica, Óscar Arias, para agradecerles sus felicitaciones tras recibir el premio Nobel de la Paz, y reafirmó con ellos su intención de ayudar a América Latina a enfrentar sus principales retos –la pobreza y el narcotráfico–, informó la Casa Blanca.

En México, la Presidencia de la República confirmó más tarde la llamada de Obama a Calderón y en un comunicado indicó que durante la conversación ambos aprovecharon para reafirmar su compromiso de seguir trabajando de manera coordinada, en especial en lo relacionado con el combate al crimen organizado, el crecimiento económico y el desarrollo social.

En las conversaciones con sus pares latinoamericanos, Obama reafirmó su compromiso de trabajar en alianza para afrontar otros desafíos claves que tienen hoy día los habitantes de América, señaló la Casa Blanca en un comunicado.

No precisó si Obama conversó con los presidentes latinoamericanos sobre la crisis en Honduras, el mayor reto político del momento en la región.

La crisis hondureña puso a prueba la promesa del presidente Obama de mejorar las relaciones de Estados Unidos con América Latina, que se deterioraron con el gobierno del presidente George W. Bush. Hasta ahora, la administración demócrata no ha calificado de golpe militar a la asonada que sacó del poder al presidente Manuel Zelaya.

Arias, Calderón y Uribe son algunos de los mandatarios latinoamericanos que felicitaron a Obama por la inesperada obtención, el pasado viernes, del Premio Nobel de la Paz 2009, al igual que lo hicieron el brasileño Luiz Inacio Lula da Silva y la chilena Michelle Bachelet, entre otros.

Sin embargo, no todos los mandatarios de la región consideran a Obama merecedor de uno de los más prestigiados premios del mundo.

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, afirmó la víspera que se trata de un merecimiento sin que el postulado haya hecho nada por merecerlo. También el gobierno del mandatario nicaragüense, Daniel Ortega, rechazó la decisión, que consideró irónica y hasta malévola, según dijo hoy el vicecanciller Manuel Coronel Kautz.