uedan sectores de la sociedad a los que el miedo les es ajeno, el optimismo se les volvió hábito, los imponderables no les preocupan y la confianza en un futuro inmediato y halagüeño los acompaña desde siempre. Tal es el caso, entre otros, de la familia taurina mexicana, por más desunida y extraviada que esté, como toda familia que se respete.

Concluyó la temporada novilleril 2009 en la Plaza México y el saldo taurino, no obstante la interrupción del serial siete domingos consecutivos, fue francamente positivo, con la revelación de tres toreros de indiscutible potencial: el tlaxcalteca Sergio Flores –mucha cabeza, sentimiento a raudales, valor de sobra y celo ejemplar–, el queretano Santiago Fausto –elegancia, hondura, gran espada y buena planta– y la yucateca Lupita López –carismática personalidad, intuición y gran conexión con el tendido.

A ello debe agregarse la consolidación de la michoacana Hilda Tenorio, cuya tauromaquia exhibió, en una sola tarde, la madurez suficiente para aspirar, con bases, a una alternativa con todos los honores que le permita alcanzar los niveles que sus conocimientos, esfuerzo y probada vocación merecen.

Otros toreros que también apuntan fueron Jaime Ruiz, sospechosamente hostigado por reventadores en su segunda tarde, Manuel González Montoyita, Luis Manuel Pérez El Canelo y Alfonso Mateos. Mención aparte merecen Vanessa Montoya, bien con la muleta y muy mal con la espada, y Elizabeth Moreno, que conserva un arte privilegiado al que una especie de desarmonía interior parece estorbar.

Estos y otros novilleros con orejas cortadas (Sergio Flores dos a un solo astado), ¿por qué no tienen continuidad en el resto del país y de las empresas? ¿Seguirá la Plaza México dando oportunidades y descubriendo prospectos que luego habrán de perderse ante la negligencia y revanchas de promotores de los estados? ¿Cuánto tiempo más el futuro de la fiesta brava de México permanecerá como rehén de esta desunión empresarial? ¿Aquí es ciencia hacer toreros?

Una respuesta la ha dado Marco Castilla, empresario de la Feria de Tlaxcala al programar en su novillada inaugural, el sábado 31 de octubre, a los triunfadores de la México, Flores, Fausto y Mateos, para lidiar reses de Torreón de Cañas. El resto de los novilleros triunfadores, ¿en cuáles promotores podrán confiar?, ¿qué empresas los van a incluir en fecha próxima?, ¿sabrán estimular y reforzar ese torerismo? Muy pronto lo sabremos.