Caracas, 11 de octubre. Representantes de unos 40 pueblos originarios de Venezuela y de 18 países latinoamericanos rechazaron el plan estadunidense-colombiano para extender a siete bases de Colombia las operaciones castrenses de Washington.

El pronunciamiento en contra del proyecto militar se realizó durante el tercer Congreso Gran Nación Abya Yala de Pueblos Indígenas Antimperialistas, que se celebró este fin de semana en la localidad de San Fernando de Apure, estado de Apure.

La ampliación de los enclaves estadunidenses en Colombia es parte de una política de largo alcance del estadunidense Departamento de Estado con el gobierno oligárquico y represivo de Álvaro Uribe, dijo José Poyo, presidente del Parlamento Indígena para América.

Ésa es una forma de provocar al gobierno de Venezuela y a su pueblo, puntualizó Poyo.

El congreso se realiza en vísperas de la conmemoración de la llegada del navegante Cristóbal Colón al continente americano, en 1492, y en momentos en que los movimientos indígenas reformulan sus demandas.

En Argentina, las comunidades tehuelche, qom (toba), kolla y mapuche se declararon en contra de celebrar el 12 de octubre como el Día de la Raza y sugirieron que se denomine Día de la Diversidad Cultural Americana.

La comunidad Yriapú (que significa en guaraní ruido de agua) celebrará a partir de este lunes el Día de la Resistencia, como ocurre ya en Venezuela.

En Colombia, miles de indígenas iniciaron una marcha desde la localidad de Santander de Quilichao hacia la ciudad de Cali, en la región suroeste del país, para protestar por el calentamiento global y los efectos nocivos contra su hábitat, así como el rechazo al nuevo plan militar colombiano-estadunidense.

En Venezuela, el presidente Hugo Chávez tiene previsto celebrar el Día de la Resistencia con la entrega de títulos de propiedad de la tierra de los pueblos yukpa de la sierra de Perijá.

Chávez, en otro orden, cuestionó la designación de su par estadunidense Barack Obama como premio Nobel de la Paz 2009, por falta de méritos. El jurado valoró como rasgo determinante su deseo de un mundo sin armas nucleares, olvidando su empeño por perpetuar sus batallones en Irak y Afganistán y su decisión de instalar nuevas bases militares en Colombia, escribió en su columna dominical de prensa Las líneas de Chávez.