Aquí no hay rencor con nadie. Todos estamos peleando por una misma causa, estableció ayer Francisco Palencia.

La agresión del ahora auxiliar de la selección nacional, Manuel Vidrio, pasó hace mucho tiempo, recordó, y no es bueno desenterrar cosas, mientras con el técnico Javier Aguirre se generaron muchas especulaciones porque lo dejó en la banca en el Mundial 2002, pero realmente nunca pasó nada, aclaró.

Para tratar de demostrar que no existe distanciamiento con el Vasco, el jugador de Pumas aseguró que están muy tranquilos. Somos gente honesta, capaz de mirarnos siempre a los ojos; problemas no hay. Se comentaron muchísimas cosas porque a lo mejor no tuve tanta participación en esa Copa del Mundo, pero no dejan de ser especulaciones.

En la rueda de prensa antes del entrenamiento matutino en el Centro de Alto Rendimiento, precisó que “la gente tiene todo el derecho de suponer y pensar sus cosas, pero la relación (con Javier) es muy cordial.

“A lo mejor ustedes ayer (miércoles), por el tiempo que se les da, no pudieron ver todo el entrenamiento, pero hablamos después, nos reímos, nos hicimos bromas. Con Manolo no tengo ningún problema y desde el Mundial 2002, que fue mi compañero, me llevo bastante bien con él”.

Palencia resaltó que se integró bien al grupo y se encuentra disfrutando este llamado como si fuera el primero. Explicó que más que sorprenderle la convocatoria, me dio mucho gusto porque siempre he mantenido la ilusión vigente.

Como alguien que nunca pierde la ilusión de estar aquí, subrayó, porque el futbolista que no aspira a cosas grandes puede ser mediocre , y yo no lo soy.

No cree que la oportunidad le llegó tarde; eso es cuestión de los técnicos. Nadie está seguro para Sudáfrica 2010. No podemos hablar si vamos a vivir para cuando esté el Mundial. Nos pueden pasar muchas cosas. Simplemente tenemos que vivir el presente y el presente que nos toca es El Salvador.

Su compañero Guillermo Franco calificó el duelo de mañana de importantísimo, y prometió dejar la vida en el campo para lograr el objetivo que en un principio se veía lejano, como la clasificación a la próxima Copa del Mundo.

Él tampoco le guarda rencor a nadie por lo vivido en su reciente visita a los salvadoreños –tuvieron que soportar casi una hora de insultos–, porque la motivación de alcanzar el boleto para Sudáfrica es más que suficiente.