Con un lenguaje fantástico
da significado al exilio, pondera la Academia Sueca
Nada cambiará, pues mi asunto interior es escribir y a eso me puedo aferrar, dice la galardonada
Sus obras han sido multipremiadas y traducidas a más de una veintena de idiomas
Viernes 9 de octubre de 2009, p. 4
Estocolmo, 8 de octubre. La escritora rumano-alemana Herta Müller fue galardonada este jueves con el Premio Nobel de Literatura 2009, toda vez que su obra, con la concentración de la poesía y la franqueza de la prosa, dibuja los paisajes de los desposeídos
, anunció Peter Englund, secretario permanente de la Academia Sueca.
Por la tarde Müller, de 56 años, ofreció una conferencia de prensa en Berlín en la que manifestó: No lo puedo creer todavía. Lo sé, pero todavía no aterrizo en mi cabeza. No lo esperaba. Estaba segura de que no pasaría
. En la lista de la casa de apuestas Ladbrokes, Müller pagaba 50 a 1 y el favorito era Amos Oz.
Añadió: Es demasiado prematuro. Necesito tiempo para asimilarlo. No soy yo, son los libros. Y están listos. No son mi persona
.
Respecto de si el premio, que se entregará el 10 de diciembre, cambiará su vida, la narradora, poeta y ensayista indicó: Soy la persona que soy. No soy mejor, pero tampoco soy peor. Está bien. Es lindo. Nada cambiará. Mi asunto interior es escribir. A eso me puedo aferrar
.
Englund, en Estocolmo, señaló que la escritora, al conocer la noticia, estaba muy, muy feliz. Dijo que se quedó sin aliento y que esto se sentía irreal y se quedó sin palabras. Pero me prometió que cuando nos volvamos a encontrar (para la ceremonia de entrega) ella las habrá encontrado nuevamente
.
La ganadora del Nobel, decimosegunda mujer en obtenerlo, se anunció a las 11 horas (local) en Estocolmo. Tras dar a conocer el fallo, Englund amplió sus declaraciones en una entrevista que se encuentra en la página de Internet del Nobel y se refirió un poco más a la obra de la galardonada.
“Es una autora excelente con un lenguaje fantástico, por una parte, y por la otra con una capacidad de dar significado no sólo a lo que es vivir en una dictadura, sino también a lo que es vivir como parte de una minoría y también lo que significa el exilio. Habla de grandes temas como ésos.
“Lo que la hace única –añadió– viene de la doble experiencia de ser parte de una minoría lingüística en una sociedad oprimida por la dictadura de Nicolae Ceaucescu, la cual también corrompía el lenguaje.’’
El trabajo de Müller no pertenece a los grandes relatos épicos, sino que con la precisión de su lenguaje, frases cortas, con episodios, anécdotas o fragmentos, poco a poco forma un gran cuadro. Y ahora con su nueva novela Atemschaukel (que podría traducirse como El columpio del aliento
) se inscribe también en los grandes libros sobre experiencias en los campos de trabajo o de concentración en la escuela de Primo Levi, precisó Englund.
Apenas un día antes, en una entrevista con la agencia Dpa, Müller pensaba que justamente por esa novela no sería premiada con el Nobel: veinte años después de la caída del Muro y yo vengo a escribir una historia de deportación
, que también está seleccionada para el Premio Alemán del Libro, que se falla la próxima semana.
Ésta es la primera novela en la que Müller se basa en experiencias que no son de ella: pertenecen a su madre, deportada a un campo de concentración en la Unión Soviética durante cinco años, y al poeta rumano Oskar Pastior, fallecido en 2006. Da cuenta del hambre permanente en los campos y el cautiverio que representa pertenecer a una minoría étnica.
La primera voz en este libro es la de Leo, un chico de 17 años, que cuenta el infierno de cinco años que pasó en un campo de trabajo soviético. Es calificada por algunos críticos de obra maestra, en la que la escritora recupera un tema que fue tabú durante muchos años en Rumania: la deportación de decenas de miles de rumanos de origen alemán a la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas al finalizar la Segunda Guerra Mundial y después.
La obra de Müller lleva el fuerte sello de la vida rural que experimentó en la región rumana de Transilvania y las traumáticas experiencias con el régimen comunista antes de exiliarse en Berlín, en 1987.
En castellano pueden encontrarse cuatro de estas obras: En tierras bajas, El hombre es un gran faisán en el mundo, La piel del zorro y La bestia del corazón. También publicó una serie de ensayos en 2003 que llevan el título Der König verneight sich und tötet (El rey se inclina y mata
).
Su trabajo emblemático es En tierras bajas, libro que fue censurado en Rumania y que luego logró publicar en Alemania. Unos meses después llegó Tango opresivo; en ellos retrata la vida en un pequeño pueblo germanoparlante y la corrupción, la intolerancia y opresión que en él encuentra
, refiere la nota biobibliográfica disponible en la página del Premio Nobel.
Herta Müller nació el 17 de agosto de 1953 en el pueblo germanófono de Nitzkydorfm, en Banat, Rumania. Sus padres pertenecían a la minoría de habla alemana rumana y su progenitor sirvió durante la Segunda Guerra Mundiol en las Waffen-SS.
Estudió literatura alemana y rumana entre 1973 y 1976 en la universidad de Timisoara, donde estuvo en contacto con el grupo de escritores jóvenes Aktionsgruppe Banat, que se oponía a la dictadura de Ceausescu y buscaba la libertad de expresión.
Al terminar sus estudios trabajó de traductora en una fábrica, de la cual fue despedida cuando se negó a ser informante de la Securitate, la policía secreta de la dictadura, que ante esta negativa comenzó a hostigarla y amenazarla. Durante años estuvo sin trabajo por ese motivo. Se decidió a abandonar el país en 1987, junto con quien fue su esposo, el escritor Richard Wagner, después de la censura de En tierras bajas y de ser interrogada y su casa registrada por los servicios de seguridad. Desde entonces vive en Berlín.
Su trabajo literario, que ha sido traducido a 20 idiomas, le ha valido galardones como el Ricard Huch, el Europeo de Literatura Aristeon, el Franz Kafka y el Premio Joseph Breitbach. Desde 1995 es integrante de la Academia Alemana de Lengua y Literatura. También ha sido catedrática invitada en universidades de Alemania, Suiza, Estados Unidos y Gran Bretaña.
Tradicionalmente los ganadores del Premio Nobel obtienen, además del 1.4 millones de dólares, el diploma y la medalla, la atención de los lectores de todo el mundo, lo que ofrece la posibilidad de que un mayor número de títulos estén disponibles en otros idiomas.
Por lo pronto, una encuesta realizada en el portal del Premio Nobel (www.nobelprize.org) revela que 93 por ciento de 6 mil 302 personas que habían participado al cierre de esta edición no habían leído ninguna obra de la galardonada.