Los hijos de migrantes en Estados Unidos, incluidos aquellos que nacieron en ese país, enfrentan obstáculos para ingresar a los sistemas de salud.

Más de 1.5 millones de niñas y niños –hijos de migrantes mexicanos– carecen de seguro médico; este sector acude con menor frecuencia a unidades médicas de urgencias, y más de la mitad de la población de hijos de migrantes depende de clínicas públicas y centros de salud.

“La carencia de cobertura médica privada y de acceso a programas públicos de salud constituye la principal barrera para recibir atención médica oportuna (…) En Estados Unidos existe una amplia inequidad de menores de 18 años en cuanto a atención en servicios de salud”, señaló ayer la Secretaría de Gobernación.

Los datos anteriores fueron difundidos en un reporte durante el noveno foro de Políticas sobre migración y salud, realizado en Nuevo México.

El estudio indica que niños menores de tres años tienen las tasas más altas de obesidad y más probabilidades de padecer anemia que los hijos de padres blancos de origen estadunidense.

El reporte en referencia precisa que uno de cada 15 menores de 18 años, que viven en Estados Unidos (6.3 millones), tiene al menos un padre que nació en México.

A pesar de que la mayoría de ellos son ciudadanos estadunidenses (86 por ciento), enfrentan obstáculos para adquirir seguros de salud, principalmente por sus condiciones migratorias y socioeconómicas.

El estudio fue realizado en colaboración por el Consejo Nacional de Población; la Iniciativa de Salud de las Américas; la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California, en Berkeley, y el Centro de Investigación en Políticas de Salud de la Escuela de Salud Pública.

Participaron también la Universidad de California en Los Ángeles y el Centro de Investigación en Migración y Salud, en programa conjunto con la Universidad de California, campus Davis y Berkeley.