La crisis económica, pero también la sobreoferta de crédito de años anteriores, han ocasionado que llegue a su fin el crecimiento de las microfinancieras en América Latina, el cual alcanzó tasas hasta de 30 por ciento anual antes de 2008.

El sector, enfocado a atender a grupos socioeconómicos que no son sujetos de crédito por la banca tradicional, tiene niveles inusuales de morosidad, al grado de que algunas de las microfinancieras de la región duplicaron su cartera vencida, advierte un reporte del Fondo Multilateral de Inversiones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Aclara que los clientes de las microfinancieras latinoamericanas que se dedican a la agricultura han sido poco sensibles a dichos cambios, pues han sobrevivido en situación de pobreza. Los más afectados fueron quienes trabajan en el comercio minorista, el turismo y diversos tipos de servicios.

En el listado de las cien mejores microfinancieras de la región en 2009, el BID evaluó 229 instituciones de 18 países y los resultados indican que Perú concentra 21 instituciones destacadas, Bolivia 12, pero México sólo tiene seis.