Miércoles 7 de octubre de 2009, p. 3
Las parteras son personajes fundamentales en la medicina tradicional y en la cosmovisión indígena mesoamericana. Son seres elegidos por los dioses para orquestar el ritual del arribo de los niños al mundo, cuidar de ellos y descifrar su destino.
Portadoras de conocimientos sobre anatomía, fisiología y del saber cosmológico, heredado de sus antepasados, su misión abarca entender el ciclo de vida de las plantas, cuidar la fertilidad de la tierra.
Según el mito totonaca sobre la creación del mundo –el nacimiento del niño maíz–, cuya esencia es similar en diferentes culturas mesoamericanas, la natzipilli, abuela, nana o gran diosa del oriente, es la encargada de crear a los niños que van a nacer y es justo con ese nombre que se denomina a las parteras.
Las diosas del oriente tejen el cordón umbilical en forma de espiral y es en él donde la partera adivinará el futuro del recién nacido.
Yerberas, hueseras, chamanas
Estas mujeres, además, participan en las diferentes etapas del crecimiento de las personas, de su integración a la sociedad y de la sociedad misma. Son pedidoras y casamenteras. También e
Estas mujeres nacen predestinadas: un ritual de iniciación les revelará su oficio. En algunas ocasiones es en un sueño, en otras al sufrir una enfermedad muy grave.
Por ejemplo, entre los grupos mayas existen dos tipos de parteras: la ritualista y la simple comadrona, pues nada más sabe recibir al niño, pero desconoce el sistema de adivinación, que no ha pasado por el ritual de iniciación.
En el caso de los nahuas actuales, ellos le llaman don, el cual tiene que ver con el día de nacimiento.