La cinta francesa, adaptación del clásico de Charles Perrault, se estrenó ayer en el país
La animación de tercera dimensión es una terrible trampa si no sirve a una postura artística
, dijo Jérôme Deschamps, actor que codirige la cinta con Pascal Hérold y Macha Makeïeff
¡hoy sólo vemos una pequeña parte del iceberg!, dijo el director artísticoFoto Fotograma de la película
Sábado 3 de octubre de 2009, p. 7
Ayer se estrenó la película francesa de animación El gato con botas, (La Véritable Histoire de Chat Botté), adaptación del libro de Charles Perrault, el cual narra la historia de un joven molinero que hereda un gato extraño que habla, calza botas y tiene poderes mágicos. Mediante trucos y bromas, el gato ayudará a su joven amo a conquistar a la princesa.
Otros personajes también querrán quedarse con la dama y tratarán de hacer cualquier cosa para conseguirlo. Con la dirección compartida entre Pascal Herold, Jérôme Deschamps y Macha Makeïeff, El gato con botas es una fresca delicia visual que sus hijos agradecerán ante el avasallamiento hollywoodense.
Pascal Hérold reflexiona sobre El gato con botas: “Desde hace tiempo estoy convencido de que la animación 3D es una terrible trampa en el plan artístico si la técnica de la imagen de síntesis no está al servicio de una fuerte postura artística de comedia humana. En resumen, existe la técnica y se necesita más humanidad. Y qué humanidad más bella que la de una escuela de teatro. Por eso pedí a Jérôme Deschamps y a Macha Makeieff unirse a este proyecto.
“Jérôme y Macha son bien conocidos por su trabajo tan personal de dirección, tanto para el teatro y la ópera como para la televisión, con Les Deschiens. Además, considero que Jérôme es un gran actor y tuvo la dura tarea de dar vida a este personaje mítico.
Macha Makeieff aceptó aportar su toque particular del universo de los Deschamps al realizar los vestidos de los personajes. Frente a la importancia de la música y de la danza en nuestra película, el talento de Juliette Deschamps en realización musical era una evidencia. Madre, padre o hijos, los Deschamps son maravillosos.
Jugar a actuar
Por su parte, Macha Makeïeff dice: “La verdadera historia de El gato con botas es una asunto tribal. Nuestros hijos están dentro de la película: ¡la familia biológica se abrió a la familia artística! Espero que este color se vea en la película. Para nosotros, es una nueva forma de trabajar”.
Según Jérôme Deschamps: “A pesar de que el afecto y la simpatía nos reunían, los tres somos de universos muy diferentes.
“Recuerdo muy bien la primera vez que vine al estudio: ¡todas esas computadoras, esas pantallas y ese ambiente masculino! Estaba muy impresionado por la maestría de los animadores ante sus herramientas. Después, a lo largo de la realización, fue necesario aprender de ese trabajo en etapas.
En el teatro tenemos un dominio probablemente más global. Aquí, el trabajo se hace por fases, y continuamente hay que sintetizar todo. En la elaboración hay una dispersión a la cual no estaba acostumbrado. ¡Pero todas esas diferencias siguen siendo más excitantes que desconcertantes! Al final son las mismas articulaciones para fabricar el espectáculo. Una vez más jugamos a actuar.
Prosigue Deschamps: No conocía para nada el aspecto técnico de la elaboración de una película de animación en 3D. Me interesé mucho más en la combinación de los universos de animación y de teatro. Pero traté de guardar una mirada exterior, de manera que pudiera pasar el balón sin sumergirme tanto en la elaboración. La producción de una película así es muy larga, lo cual me permitió tener momentos de distanciamiento y luego volver. Tener una mirada crítica es más difícil cuando estamos frente a las máquinas. Fue una combinación de diferentes artesanías. ¡Finalmente, lo que me interesó fue constatar que nuestros mundos no son tan diferentes! Macha Makeïeff nutrió los dibujos de materias y posturas cercanas a las del teatro. La informática y el arte en escena se unen en esta película.
Universo a lo Gaudí
Una de las cosas que sobresalen es que cada decorado necesitó un largo trabajo
, afirma Stéphane Daegelen, director artístico de El gato con botas.
“¡Hoy sólo vemos una pequeña parte del iceberg! El castillo del rey fue nuestro elemento de partida, y con él di la vuelta al mundo: lo construí en Escocia, en un cañón, luego en India… Después, un día, Pascal Hérold trajo las referencias de los arquitectos Gaudí y Ledoux (siglo XVIII). Empecé a partir de una caja con cuatro torres, representación muy infantil de un castillo. Pascal me dijo: ‘¡Gaudízalo!’, y esto dio una especie de merengue, de gran castillo como los de hoy, con curvas femeninas. Una de las apuestas de El gato con botas fue la de encontrar coherencia entre los personajes y el medio en el cual iban a evolucionar.
Desde el principio, Pascal tenía en la cabeza hacer caricaturas. Hubo entonces que exagerar las formas de los decorados, espesarlas para que fueran más groseras, más francas. Me tocó hacer malabares entre el dibujo animado y el realista. El resultado es una mezcla de los dos. En mis dibujos, el primer trazo es siempre realista con proporciones justas. Después me oriento hacia el dibujo animado siguiendo las indicaciones de Pascal. Por ejemplo, en la sala de baile, las columnas se volvieron más gruesas, un poco torcidas. Parecen grandes paletas de caramelo.
Estos vaivenes incesantes entre el dibujante y el director nutrieron la creatividad de cada uno.
El gato con botas se distribuye en México por On Screen Films.