De nueva cuenta falleció un minero en una empresa filial de Grupo México. Se trata de Martín Torres Bustos, quien laboraba en el área de filtros de la planta de beneficio de la mina Unidad Charcas de San Luis Potosí.

Según sostuvo Javier Zúñiga García, secretario de trabajo del sindicato nacional de mineros, la empresa Industrial Minera México, donde laboraba Torres Bustos, que se dedica a la extracción y procesamiento de zinc, plata y plomo, sospechosamente no quiso dar información sobre esta muerte, pero familiares del trabajador hicieron la denuncia ante la organización sindical.

Explicó que en la Unidad Charcas ha habido ya tres accidentes mortales de trabajadores, a los cuales se ha dado seguimiento puntual, ya que no son simples accidentes de trabajo, sino producto de la negligencia de la empresa Grupo México y su filial Industrial Minera México, por las criminales condiciones de inseguridad en que esta empresa mantiene los centros de trabajo que están bajo su dominio concesionado.

El representante del sindicato minero planteó que con este deceso suman más de 100 los accidentes mortales de trabajadores ocurridos en empresas de Grupo México y en otras. Agregó que se reitera la demanda planteada por esta organización que se promulgue una ley que penalice a las empresas responsables de homicidios industriales, e incluso se fijen castigos penales y penas carcelarias para los empresarios –de todos los ramos– que no ofrezcan condiciones de seguridad laboral.

Puso de ejemplo el caso de Pasta de Conchos, el cual, para este gremio, se trató de un homicidio industrial.

El dirigente comentó que los trabajadores de la mina Unidad Charcas son miembros de secciones gremiales que están segregadas del sindicato, lo que impide a los obreros reclamar y obtener adecuadas condiciones de seguridad e higiene en el trabajo, ya que los tienen indefensos ante la empresa, la cual se caracteriza por su arbitrariedad y falta de respeto a los derechos de los trabajadores.

Refirió que el trabajador que falleció fue víctima del impacto que sufrió al caerle un tambo de 200 litros de aceite cuando reparaba fallas en el área de filtros de la planta de beneficio de la mina.