La rehabilitación de calles e inmuebles del Centro Histórico de la ciudad de México no sólo ha traído consigo una nueva imagen, sino también ha aumentado el costo de vivir en la zona, lo que ha motivado el desplazamiento de residentes y comerciantes de antaño, que se ven imposibilitados de pagar el incremento en las rentas o servicios como luz y agua.

En su lugar han comenzado a arribar solteros o parejas jóvenes sin hijos, atraídos por los departamentos tipo loft que se habilitan en los antiguos edificios y el auge de la vida nocturna, mientras las accesorias son ocupadas por cadenas de minisupermercados, sucursales bancarias, tiendas de telefonía, perfumerías y bisutería.

El antropólogo Jermán Argueta, quien monta espectáculos sobre leyendas en el primer cuadro de la ciudad, relató que ha tenido que mudarse de departamento hasta en cuatro ocasiones, pues a diferencia de otras ciudades patrimoniales, aquí no hay una política para proteger a los inquilinos para que no haya alzas desbordadas.

Me vi obligado a dejar el departamento en el que vivía en República de El Salvador porque la renta pasó de dos mil a cinco mil pesos mensuales. Ahora todo el edificio está desalojado en espera del mejor postor, refirió.

Aunque para los recién avecindados adquirir un loft a 26 mil pesos el metro cuadrado o pagar una renta de siete mil o 15 mil pesos mensuales por un departamento de entre 40 y 80 metros de superficie no resulta extraño. Otro es el escenario que enfrentan las familias que habitan, sobre todo, las viejas vecindades que subsisten en el Centro, aun cuando sean propietarias de sus viviendas, pues el pago de los servicios se ha duplicado, en el mejor de los casos.

La calle de Regina es una de las que ha cambiado su aspecto y ahora está entre los lugares más cotizados del CentroFoto Roberto García Ortiz

Araceli Chávez, quien nació y creció en la calle de Regina, señala que tras la remodelación el recibo de la luz pasó de 150 pesos a 400 y en ocasiones llega a 700 pesos. El agua me llegaba de 40 pesos, ahora es de 80. Y el predial es de 62 pesos, pero cómo le hago si yo no puedo trabajar porque tengo un hijo discapacitado y mi esposo es el único que trabaja y gana mil 300 pesos a la quincena, apuntó.

El descontento también alcanza a los comerciantes establecidos. La queja es generalizada. Las rentas están para que vengan exclusivamente los grandes consorcios y ya no tienen cabida los gremios tradicionales, inclusive cantinas o cafés, pues en su lugar abundan los Oxxos o los Seven, señalan vecinos.

Me ha tocado ver negocios con mucho prestigio que han cerrado; aquí a la vuelta, en Mesones, la semana pasada cerró uno con el mismo giro que el mío, porque ya no pudo pagar la renta. Para que se dé una idea, un local de seis metros cuadrados puede salir entre 25 mil y 50 mil pesos al mes. Definitivamente el Centro se está haciendo muy elitista, comentó Carlos, quien desde hace más de 40 años tiene un negocio de artículos de piel.

Teresa González, representante de la Unión de Vecinos y Comerciantes del Poligonal del Centro Histórico, consideró que el gobierno capitalino no sólo tiene la obligación de arreglar las calles y poner fachadas bonitas para un grupo de empresarios, sino instrumentar una política para mejorar la calidad de vida.