Wanda Sigrid Arzt Colunga y María Elena Pérez-Jáen, propuestas por la Presidencia de la República como comisionadas del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública (IFAI), cumplen el requisito mínimo burocrático para el cargo, pero ninguna luce como la persona idónea para cumplir con la pluralidad que demanda el organismo, consideraron especialistas en temas de transparencia informativa.

Es muy preocupante su designación, porque aunque cuentan con una formación específica (Sigrid Arzt fue secretaria técnica del Consejo de Seguridad Nacional y Pérez-Jáen fue comisionada del Instituto de Acceso a la Información Pública del DF), sus perfiles son muy parecidos al de Alonso Lujambio (ex presidente del IFAI), que es de mucha cercanía política, ideológica y personal con Felipe Calderón. Ya vimos en qué terminó el funcionario, pese a que se nos quiso vender la idea de que tenía preparación y amplia trayectoria, que no dejó buenos resultados en su paso por el instituto, señaló Eréndira Sandoval, directora del laboratorio de documentación y análisis de la corrupción y la transparencia de la UNAM.

Para la académica, la propuesta presidencial muestra un nulo compromiso de Calderón con la transparencia y el combate a la corrupción, lo que –en su consideración– ha quedado en evidencia con la desaparición de la Secretaría de la Función Pública.

Deseamos en el instituto un mínimo grado de pluralismo, y no le interesó. Las dos personas propuestas piensan del mismo lado que Calderón y están más para proteger los intereses del Ejecutivo que los derechos de la ciudadanía a acceder a la información, manifestó.

Perfil en el IFAI

El perfil de los últimos integrantes del IFAI ha derivado en comisionados carentes de una formación técnica que sea cercana al acceso a la información, conocimiento del derecho y que se haya distinguido por su capacidad argumentativa en favor de la máxima publicitación para la ciudadanía demandante de transparencia, aseguró Miguel Pulido, director adjunto de Fundar.

El instituto dejó de ser protagonista de la expansión del derecho a la información en beneficio de la ciudadanía y se ha convertido en un órgano con mucha capacidad resolutiva, pero sin fuerza suficiente para atender los retos que representan la resistencia institucional al acceso a la información, donde sigue habiendo opacidad, sostuvo.