Memorias de un activista ciudadano
acia 1983 un desastre financiero y una crisis económica despertaron la conciencia política. La oposición empezó a buscar en serio el poder. Miles pasaron de súbditos a ciudadanos. Fue mi caso, con un grupo de amigos empezamos a exigir limpieza en las elecciones, a denunciar los abusos del PRI. En todo el país aparecieron estos grupos, muy parecidos a los clubes maderistas. En julio de 86 denunciamos en Chihuahua cómo Elba Esther Gordillo organizó un fraude en favor del PRI y contra el PAN. Tal como hizo contra AMLO en favor del PAN, exactamente 20 años después.
Participé como observador en 18 procesos conflictivos y aprendí que los fraudes se cocinan meses antes de la elección. También aprendí que requieren una red de empresarios, clérigos, políticos y comunicadores. Suponer otra cosa es ingenuidad.
Nuestras denuncias de las irregularidades y fraudes del PRI hicieron efecto pero el motor del cambio fue una revolución cultural silenciosa, la gente se permitió inconformarse y protestar. El voto fue un instrumento.
Las cosas empezaron a mejorar en junio de 1997, cuando Cuauhtémoc Cárdenas ganó el gobierno de la capital y el PRI perdió el control del Congreso. Entonces el activismo de los ciudadanos en favor de la democracia empezó a debilitarse en parte porque el voto se respetaba y porque muchos activistas nos metimos a la política.
Fox era la esperanza de la consolidación; perdió todas las oportunidades: no hizo una reforma del Estado cuando podía, no redujo la impunidad, continuó el despilfarro para congraciarse con la burocracia y los gobernadores priístas, se puso en manos de la oligarquía, dilapidó los recursos excedentes, su única estrategia fue la aniquilación de AMLO y de la posible alternancia; fue un desastre y un traidor a la democracia. El PAN no frenó a Fox. Mimetizó con el PRI en el poder. Ha sufrido la peor derrota cultural que se recuerde. Ahora intentan abrir el camino para el regreso de los peores.
Interpreto mi incorporación al gobierno y al movimiento de AMLO como la continuación de la romántica lucha por la democracia que emprendimos hace casi tres décadas. En el fondo, siendo un activista ciudadano. Es probable que ante la tragedia del hundimiento del país por el fracaso de la transición cientos de miles de ciudadanos vuelvan a ponerse en marcha.