Al coordinador de la policía judicial de Cuauhtémoc Seis el reconocimiento le vino de golpe. Juan Manuel Velázquez, jefe de grupo de esa fuerza policial, se hizo famoso hace una semana.

La imagen en la que enfrenta al sujeto que asesinó a dos personas en la estación Balderas del Metro ha provocado que reciba el agradecimiento de muchos.

Tras el fin de semana atípico regresó al trabajo y el martes pasado, junto con su equipo, capturó a tres sujetos que horas antes habían robado una joyería del Centro Histórico para lo cual utilizaron un camión recolector de basura.

Refiere que estudió algunos meses en el Colegio Militar y durante su paso por la milicia le tocó formar parte de un cordón de seguridad en 1988: Tuve que renunciar a algo que me fascinaba. Fui cadete. Estuve algún tiempo en el ejército, pero me tuve que salir por una situación con mi padre. En el cambio de Miguel de la Madrid a Carlos Salinas me tocó hacer valla, allá por la Casa de la Moneda.

El 15 de mayo de 1991 egresó del Instituto de Formación Profesional. Ingresó a la policía judicial y años después formó parte del grupo del comandante Víctor Hugo Moneda.

Al referirse al caso de la joyería, Juan Manuel Velázquez revela uno de los gustos que compartió con el comandante asesinado el 8 de diciembre pasado: las películas policiacas.

Nunca pensamos que un camión de la basura fuera utilizado para robar. Pasaba la policía y no sospechaba, pues en las madrugadas es muy común ver este tipo de unidades. Hay una película en la que varias muchachas roban bancos y el dinero lo dejaban en una bolsa negra de basura, igual pasó en la joyería, las alhajas fueron sacadas en una de estas bolsas. Quizá de ahí sacaron la idea.

El arma de cargo del agente, que también forma parte del Consejo de Honor y Justicia de la corporación, es una Pietro Beretta 9 milímetros. Fue la pistola que desenfundó en el andén de la estación Balderas. Ese día no portaba chaleco antibalas.

Entre el Colegio Militar y la policía judicial, Juan Manuel Velázquez terminó la preparatoria e ingresó a la ENEP Acatlán para estudiar relaciones internacionales, pero tuvo que abandonar la licenciatura: fue un problema económico, pero después ingresé al Instituto de Formación Profesional. No me arrepiento. Estoy aquí y me toca coordinar las tareas de seguridad de la policía judicial en todo el Centro Histórico.