Afrontar los desastres naturales y actuar de forma eficaz ante la emergencia requiere la participación de los tres órdenes de gobierno, con objeto de garantizar la seguridad de la población, dijo el presidente Felipe Calderón.

En el salón Tesorería de Palacio Nacional, el Ejecutivo celebró el Día Nacional de Protección Civil, casi un cuarto de siglo después de los sismos de 1985. En su alocución desglosó el aprendizaje de solidaridad, fraternidad, humanismo, unidad y trabajo colectivo que los terremotos generaron entre la sociedad mexicana.

Más allá de ese despertar ciudadano, la mayor lección que dejó a los mexicanos esta tragedia fue, quizá, la importancia de contar con un eficaz Sistema Nacional de Protección Civil. Desde entonces el país se viene preparando para proteger mejor a la población ante cualquier emergencia o desastre.

Acompañado por su esposa Margarita Zavala, y los secretarios Guillermo Galván Galván, de Defensa; Mariano Francisco Saynez Mendoza, de Marina, y Fernando Gómez Mont, de Gobernación, así como de Laura Gurza, coordinadora general de Protección Civil de Gobernación, Calderón interpretó la cultura de la protección civil como un derivado de la democracia.

Aprovecho esta ocasión para reafirmar el compromiso del gobierno federal con la protección y la seguridad de los mexicanos. Para nosotros, la integridad de las personas es el asunto prioritario. Por eso, seguiremos actuando con responsabilidad, trabajando en equipo y con visión de futuro en materia de prevención civil, porque sólo así evitaremos que las tragedias nos rebasen.

En su participación, el secretario de Gobernación evocó el desastre de 1985, donde la compasión y la solidaridad se sobrepusieron a las insuficiencias del gobierno en turno. El Sistema Nacional de Protección Civil, que surge y se consolida a partir de esa tragedia, es una política profundamente democrática y en ello radica buena parte de su belleza.

Pausado, el funcionario ocupó parte de su mensaje en ponderar la respuesta gubernamental a los grandes problemas nacionales. Este año, señor Presidente, ha sido un año difícil. Ha sido un año difícil en el que con su liderazgo humano, sereno, responsable, honesto, honrado, ha dirigido a la sociedad para superar adversidades que no han sido provocadas ni por el gobierno ni por la sociedad.

Dichas vicisitudes concentradas en las crisis económica, sanitaria, y el combate de las organizaciones criminales, se han sorteado por el correcto ejercicio del poder. Su liderazgo ha podido sumar las fortalezas de la sociedad a las del gobierno. Porque la gente le cree, porque ha sabido traducir honradez en ese ejercicio. Ése es un atributo que México exige y requiere de sus líderes, pues el liderazgo es responsabilidad, no es ni privilegio ni pedestal. Es responsabilidad.

Refirió la cercanía del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana, sucesos que conducen a la reflexión sobre las fortalezas, las tragedias y las victorias de la nación.

“Estamos en un tiempo en que el Presidente nos ha convocado a hacer de esta reflexión espacio fecundo para construir futuro; donde estamos obligados a modificar nuestras maneras de pensar, donde estamos obligados a reconocer nuestras fortalezas para hacerlas herramienta de presente y de futuro, donde estamos convocados a trascender nuestros errores.

Porque México es un país fuerte y muchas veces los mexicanos nos maltratamos demasiado, y no sabemos reconocer serenamente todas las fortalezas que nos ha dado la vida y que hemos construido con nuestro destino. Hoy son tiempos de aprendizaje y de consolidación institucional. Son tiempos donde podemos y debemos superar prejuicios que nos han atado a no superar rezagos todavía pendientes. Son tiempos de construir puentes de solidaridad, de compasión, de multiplicación de libertades y oportunidades. Tiempo de madurar más y mejorar como país.

Antes, Calderón entregó el Premio Nacional de Protección Civil 2009 al doctor Roberto Arroyo Matus, especialista reconocido por sus aportaciones en la mejora de seguridad estructural de edificaciones. También la Brigada de Rescate del Socorro Alpino de México fue acreedora de premio por destacarse desde hace 60 años en la ardua tarea de salvar vidas de personas accidentadas en zonas agrestes.

Como cada año, desde 1986, la bandera nacional fue izada a media asta a las 7:19 horas en el Zócalo capitalino, para recordar a las miles de personas muertas a causa de los sismos de septiembre de 1985, en ceremonia encabezada por Felipe Calderón.

La ceremonia fue resguardada por decenas de militares vestidos de civil, algunos cargando inusuales bolsos negros. Observaban los flancos de la Plaza de la Constitución, y desde el del extremo sur de la Catedral Metropolitana, partidarios de Andrés Manuel López Obrador gritaban consignas contra el mandatario. No obstante, las bocinas colocadas estratégicamente debilitaron y terminaron por apagar la protesta.