Pachuca, 19 de septiembre. Los Rayados de Víctor Manuel Vucetich se apropiaron momentáneamente del liderato general al golear a domicilio 3-1 a los Tuzos del Pachuca. El Monterrey está en la cima, con 20 puntos, mientras que el cuadro hidalguense se rezaga en el segundo pelotón, con 16 unidades. En tanto, en Monterrey Tigres e Indios empataron sin goles.

El chileno Humberto Suazo se despachó con dos tantos que dieron la voltereta y apagaron la euforia en el estadio Hidalgo, donde la gente soportó un primer tiempo escaso de emociones, pero se entregó en apoyo a los suyos tras la anotación al minuto 50 de Juan Carlos Cacho, un golazo desde la media luna, donde conectó al esférico para incrustarlo en el ángulo inferior derecho.

Pero el empate llegó muy pronto: al minuto 56, a pase de Sergio Santana, anotó Suazo, quien enseguida dio vuelta al tablero (64), tras una combinación con Luis Pérez. En la recta final, al 85, Osvaldo Martínez concretó la vapuleada, luego de hacer un recorte al portero Miguel Calero y definir con sangre fría.

En tanto, Tigres escribió la viva historia de la frustración y resultó incapaz de perforar la meta de unos Indios que se debatieron a la defensiva, inclusive con 10 hombres, y regresaron con un punto a su casa tras el horrible 0-0 en el estadio Universitario, donde el villano resultó Itamar Batista, al fallar un penal, mientras que el público los despidió con sonoro abucheo.

Lo más llamativo del gris cotejo resultó la actuación del nervioso silbante Erim Ramírez, quien en nueve ocasiones disparó el cartón amarillo, dos veces para Juan de la Barrera, quien se tuvo que ir a las regaderas al minuto 67.

Muy pronto comenzó a llegar la frustración para el conjunto de casa, pues al minuto dos el árbitro decretó la pena máxima por un empujón por la espalda sobre el delantero felino Francisco Kikín Fonseca y amonestó al infractor, Javier Malagueño.

Al cobro fue Batista, quien bailoteó de más y sacó un tiro que se estrelló en el poste derecho de la meta custodiada por César Lozano, el esférico rodó hacia el centro, pero apareció un defensa para despejar.

Con el orgullo herido, los universitarios se fueron al ataque, mientras los Indios se parapetaron en su reducto y esperaron los embates. Para el complemento, si de por sí los fronterizos pecaron de defensivos, con un hombre menos, tras la expulsión de De la Barrera acentuaron el esquema para impedir el daño en su meta.