Nada claro dejó el interrogatorio que sostuvo el procurador general de Justicia, Miguel Ángel Mancera Espinosa, con el homicida Luis Felipe Hernández Castillo para explicar las razones que lo llevaron a disparar contra varias personas en la estación Balderas del Metro.

En entrevista al concluir el homenaje al policía asesinado por Hernández Castillo, el funcionario comentó que su discurso es incongruente, impreciso: a veces hace referencia al gobierno, otras al deterioro ecológico y la hambruna y le dijo también que es lector de la Biblia y eso lo motivó a trasladarse de su ranchería en Jalisco, a la ciudad de México, para que toda la humanidad estuviera prevenida.

Explicó que en el tiempo señalado por la ley será consignado penalmente y aun cuando consideró que actuó con plena capacidad para saber que mató a dos personas, se pidieron exámenes de siquiatría y sicología para descartar que sea inimputable.

Dijo que hizo la carrera de médico veterinario, lo que se contrapone con la posibilidad de que esté afectado de sus facultades mentales, apuntó Mancera.

Cuando habló con él, agregó, “todavía se encontraba en estado de shock y alteración; todos vimos el grado de agresividad, pero ante preguntas expresas no mostraba ningún tipo de arrepentimiento y decía que tenía que hacer lo que había hecho”.

En cuanto a los lesionados, el secretario de Salud, Armando Ahued, informó que ocho de los 10 heridos fueron dados de alta.

En atención a la petición de los deudos del policía Víctor Manuel Miranda, el GDF dejó de transmitir el video del ataque.