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En la historia de AL, donde hay bases estadunidenses se dan golpes de Estado, alerta

Rechaza Evo Morales la presencia de fuerzas militares extranjeras

Encabeza en Madrid un mitin en el que repudia el calificativo de ilegales a compatriotas

Hablará con el rey Juan Carlos y con Rodríguez Zapatero; condonación de deuda, en la agenda

Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 14 de septiembre de 2009, p. 28

Madrid, 13 de septiembre. El presidente de Bolivia, Evo Morales, afirmó este domingo que tanto desde la Constitución de su país como desde la convicción del movimiento que encabeza no permitirá que se instale ninguna base militar, mucho menos de Estados Unidos, pues en la historia de América Latina donde hay una base militar hay golpes de Estado y no se respeta la democracia.

En un acto multitudinario en Leganés, en las inmediaciones de Madrid, Morales recibió el respaldo de miles de seguidores que lo vitorearon y, sobre todo, defendieron su proyecto de país, el primero que –según las más de 60 organizaciones convocantes al acto de este domingo– privilegia a las capas más pobres de la sociedad y destina los recursos públicos al bien común.

Evo Morales inició una visita de tres días en Madrid, donde aspira no sólo a fortalecer la multitudinaria base social de apoyo, con los más de 200 mil bolivianos residentes en España, sino también a intensificar las relaciones con el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero, quien ya se comprometió a condonar la deuda bilateral.

Morales aterrizó en la capital española y lo primero que hizo fue dirigirse a la plaza de toros de Leganés, donde le esperaban cinco mil personas que durante más de tres horas habían entonado canciones populares bolivianas y disfrutado diversas representaciones de bailes folclóricos de los Andes. Evo Morales, el héroe de la madre tierra, el indio rebelde con teléfono celular (como se definió él mismo), fue recibido con un estruendoso grito de ¡presidente!

Los miles de congregados, la mayoría bolivianos, con y sin papeles de residencia, acudieron a escuchar las palabras de su gobernante, pero también sus argumentos para votar en los comicios del próximo 6 de diciembre, en los que se votará al presidente y habrá un referendo de autonomía.

En primer lugar, Morales defendió su gestión desde que fue elegido en 2006, a pesar de que muchos pensaban que ese indio no duraría mucho tiempo. Entre los principales logros que citó estuvo el saneamiento de las finanzas públicas, pues por primera vez en la historia las reservas internacionales suman ocho mil 500 millones de dólares. También destacó que ahora se consideran derechos humanos los servicios básicos, por lo que no se puede hacer negocio con ellos, así como el reconocimiento y la defensa de los pueblos originarios. Ésos que durante siglos han sido maltratados y vejados por los colonialistas y la oligarquía.

Morales también defendió el cambio de Constitución, que ha permitido que por primera vez en Bolivia se escuche la voz del pueblo de forma recurrente, ya sea para participar en la elección de candidatos o para decidir si se revoca a no a los funcionarios públicos. Antes en Bolivia había golpes de Estado sin parar, ahora lo que hay son referendos, dijo el mandatario boliviano.

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El presidente Evo Morales recibe un obsequio del colectivo de inmigrantes bolivianos con quienes se reunió ayer en la plaza de toros de Leganés, en las afueras de Madrid, en su primer día de gira por EspañaFoto Ap
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Danzantes que asistieron al mitinFoto Reuters

Fue entonces cuando el ex líder cocalero lanzó un mensaje a los gobiernos vecinos de la región, sobre todo a Colombia, en lo relativo a las bases militares que serán utilizadas por Estados Unidos. En la nueva Constitución del país no se permite que haya ninguna base militar extranjera, menos aún de Estados Unidos. Hay que recordar que siempre que ha habido bases en el continente ha habido golpes de Estado y atentados contra la democracia. Por eso necesitamos su ayuda para acabar con todas las bases militares extranjeras en América Latina.

Afirmó que el proceso de liberación y de transformación es imparable en Bolivia, en un país en el que primará el respeto por la madre tierra, pues hay que estar en rebelión permanente contra el saqueo de los recursos naturales y el sometimiento de los pueblos.

También se comprometió a reclamar el respeto a la dignidad y a los derechos elementales de los centenares de miles de compatriotas suyos que se encuentran fuera de su país por razones de subsistencia y que, en países como los europeos, son declarados ilegales. Si los abuelos de los españoles de hoy fueron a nuestros países hace un siglo y nadie los declaró ilegales, tampoco debemos permitir que a nuestros compatriotas les declaren así. Hay que respetar el derecho de cualquier persona a vivir donde quiera, afirmó.

Morales se entrevistará con el jefe del Estado español, el rey Juan Carlos, y con el presidente del gobierno, con quienes abordará, entre otros temas, la condonación de la deuda de Bolivia con España, que asciende a unos 70 millones de euros, pero también la consolidación de los proyectos de ayuda al desarrollo, una vez que el país andino es prioridad del gobierno español en este tipo de fondos de financiación, al recibir entre 2006 y 2008 algo más de 220 millones de euros.

Ambas delegaciones también abordarán cuestiones relacionadas con explotación de hidrocarburos, electricidad, gestión de aeropuertos, industria del ocio, explosivos (para la industria minera) y gestión de pensiones.

Antes de su llegada a Madrid, en Ginebra, Morales hizo otro anuncio importante: el compromiso de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) para que Bolivia tenga su propia órbita satelital. Este proyecto, de amplio calado para el desarrollo tecnológico del país y que tienen en la región países como Brasil, Argentina y Venezuela, costará unos 300 millones de dólares.

Según informó el propio Morales, la construcción del satélite se hará en China y se costeará mediante un crédito blando que otorgaría el propio país asiático y con recursos de las propias reservas internacionales de Bolivia.