Los países más afectados fueron los que apostaron por el libre comercio, como México
Lunes 14 de septiembre de 2009, p. 24
Santiago de Chile, 13 de septiembre. Las pérdidas en América Latina a consecuencia de la crisis desatada tras la quiebra del banco de inversión Lehman Brothers, el 15 de septiembre de 2008, ascienden a 300 mil millones de dólares en exportaciones, capitalizaciones y remesas, según cifras de los gobiernos de la región.
El menor flujo de divisas arrastró a 3.4 millones de personas a engrosar las filas del desempleo este año, obligando a los gobiernos a inyectar 60 mil millones de dólares en planes fiscales, liderados por las intervenciones de Argentina, Brasil, Chile y Panamá. Los países más afectados fueron los que apostaron por el libre comercio y la globalización, sostuvo la Cepal. Así, México, Chile y Colombia vieron retroceder sus indicadores laborales sobre el promedio regional.
La crisis financiera global tuvo en América Latina una expresión esencialmente comercial, que derivó en una precarización de la economía de las familias. En cifras, las exportaciones bajarán en 221 mil millones de dólares a fines de 2009, y las inversiones directas externas hasta en 60 mil millones de dólares, según el organismo. En menor medida retrocederán las remesas y la ayuda al desarrollo.
Hasta ahora el descenso en los envíos al exterior azotó con más fuerza a los países de la Comunidad Andina y del Mercosur, anunció, sobre la base de cifras gubernamentales. Los primeros dejaron de exportar unos 52 mil millones de dólares en el primer semestre de 2009, en comparación con igual lapso de 2008. Los segundos perdieron 32 mil millones de dólares.
Pero el impacto no es un tema sólo estadístico. México, Colombia y Uruguay anunciaron ya que la pobreza creció en sus tierras. La FAO alertó que el hambre crónica se extendió a 53 millones de personas.
A nivel de América Latina, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) previó que 8 millones de personas caerán en pobreza, lo que elevará el ejército de personas con carencias básicas a 190 millones de personas, un tercio de la población regional.
En medio de ese pesimismo, surgieron. sin embargo. señales positivas.
Las estabilizaciones de Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú auguran el inicio de la reactivación prevista para 2010, coinciden la Cepal y el BID. En contraste, México y Centroamérica aún no dan señales claras de repunte, aunque empresarios y organismos multilaterales apuestan por que el primero vuelva a crecer en 2010.
De hecho, las bolsas latinoamericanas ya pusieron sus fichas al lado de los números azules. Los mercados bursátiles de Argentina y Perú ganaron casi 120 por ciento, desde el punto más hondo del derrumbe accionario en sus respectivas plazas. El bajo dinamismo proyectado y un incremento de 3 por ciento del producto interno bruto regional no permitiría una recuperación pronta del empleo.
Por tanto, la mayor secuela de la crisis, pese a acercarse su fin, será el estancamiento por años de la lucha contra la pobreza, el cual se prevé que muestre un avance lento en los próximos cinco años.