Domingo 13 de septiembre de 2009, p. 18
Ante los altos niveles de corrupción que persisten en el país, la intención de desaparecer a la Secretaría de la Función Pública (SFP) y convertirla en contraloría dependiente de Presidencia es injustificable a todas luces. Su función tiene que seguir desarrollándose, pese a que ha tenido resultados mediocres en su desempeño en lo que va del sexenio y con Vicente Fox
, aseguró la directora del Laboratorio de Documentación y Análisis de la Transparencia y la Corrupción, de la UNAM, Irma Eréndira Sandoval.
En entrevista sostuvo que el pobre desempeño de la institución
ha obedecido, entre otras causas, a la ausencia de un verdadero proyecto de combate a la corrupción en el país, que también debe comprender un urgente rediseño de la secretaría, para fortalecerla
.
La académica del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM consideró que la desaparición de la SFP para ahorrar dinero público no es un fuerte justificante, debido a que existen otras áreas del propio gobierno federal en las que se pueden realizar recortes y arrojarían mayores reservas.
“Sería mucho más interesante que se repensaran áreas enteras de la propia Presidencia de la República. No digo que desaparezca, pero la oficina de la Presidencia como tal no necesitaría más que unos cuantos funcionarios que dieran apoyo a las tareas del Presidente.
Otra opción es la cédula de identificación ciudadana, en la que evidentemente se van a gastar millones de pesos en generarlas. Ese sí sería un gasto increíblemente mayor; pero ahí no ponen peros al asunto porque va a implicar un jugoso contrato, quién sabe para qué empresa afortunada, y porque le están dado un carácter mucho más de control político y de la sociedad
, destacó la académica.
Sandoval Ballesteros dijo que además de una reingeniería de la SFP, a ésta debe quitársele el cariz político y hacerla más técnica y autónoma. En su fugaz existencia se convirtió más en un trampolín político que en una verdadera agencia de combate a la corrupción
, apuntó.