Les dieron la bienvenida a Chiapas integrantes de Las Abejas el viernes en Acteal
En 24 horas han visto un abanico de movilizaciones en defensa del territorio y por la justicia
Domingo 13 de septiembre de 2009, p. 14
Caracol de Oventic, Chis., 12 de septiembre. En un encuentro privado, la junta de buen gobierno (JBG) de los Altos recibió este mediodía a la delegación de representantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), quienes inician en Chiapas la segunda etapa de su campaña nacional por la liberación de Ignacio del Valle y los demás presos que tienen en los penales de El Altiplano y Molino de Flores: recorrerán 12 estados por sus 12 presos.
La llegada a Chiapas del FPDT no sólo ha significado un estímulo importante para los luchadores atenquenses. También deja ver la intensa lucha social que desarrollan las comunidades del estado, en particular indígenas. Como dice emocionada, en su primera visita a la entidad, la ya muy curtida doña Trinidad Ramírez, a las puertas de este caracol zapatista: Estamos en el corazón de la resistencia del país
.
En menos de 24 horas, la delegación de Atenco recorrió el excepcional espectro de movilizaciones y resistencias en defensa del territorio y por la justicia. Empezó el viernes con una emotiva recepción de Las Abejas en Acteal, donde a la incesante exigencia de justicia para las víctimas de la masacre de 1997 se ha sumado el rechazo a la liberación de 20 paramilitares identificados; o sea, a la justicia
como la entienden los magistrados nacionales y los grupos de interés parainstitucionales. Los de Atenco bien que conocen esa justicia
parcial y por encargo.
Anoche, el FPDT sostuvo un encuentro público en San Cristóbal de las Casas con las diversas luchas locales por la libertad de presos políticos. Participaron el comité de familiares y ex presos políticos Voces Inocentes, La Voz del Amate (que aún lucha por la libertad del profesor Alberto Patishtán, atorada entre las contradicciones del gobierno estatal y la indolencia de la justicia federal), La Voz del Encino (que reúne a esposas y familiares de un centenar de presos del Cereso 16, en Ocosingo), así como veteranos
de La Voz de Cerro Hueco y La Voz de los Llanos.
Estuvieron representados los ejidos de Mitzitón y San Sebastián Bachajón, quienes defienden sus territorios y, en el segundo, conocen experiencias de cárcel injustificada y represión directa. Todos los mencionados tienen en común ser adherentes de la otra campaña del EZLN.
La reunión en San Cristóbal fue acompañada por los centros de derechos humanos Fray Bartolomé de las Casas y Fray Pedro Lorenzo de la Nada, Serapaz y otros organismos civiles comprometidos con la liberación de presos y la defensa de los derechos de las comunidades que resisten y son acosadas por el Ejército, las policías, los paramilitares y los proyectos económicos del gran capital.
Además, estuvieron presentes y se hicieron oír el Frente Nacional de Lucha por el Socialismo y la organización Mocri-CNPA-MN, que desde otras regiones y organizaciones también resisten las políticas económicas y represivas, y por supuesto han tenido y tienen presos políticos en los penales de El Amate y Copainalá. Sólo del Mocri hay ahora 29 encarcelados.
Este espectro se redondea con la autonomía zapatista, que los atenquenses vinieron a encontrar en este caracol, y conocer en persona a los encapuchados que los respaldan y admiran ya antes de la persecución desatada contra ellos por el gobierno federal y el gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto el 3 de mayo de 2006. Los zapatistas están con Atenco desde su triunfal resistencia contra el aeropuerto foxista en 2002.
El FPDT todavía habrá de encontrarse con más resistencias, más historias de justicia y libertad. Este domingo sus delegados se reunirán en Tonalá con el Consejo Autónomo Regional de la Zona Costa, y con uno de los polos de mayor alcance y antigüedad en la resistencia a las altas tarifas eléctricas.
El Ejército federal ha mostrado cierto nerviosismo ante la presencia del FPDT en Chiapas. En su camino a Acteal les dedicó un inusual retén en Las Limas (Chenalhó), y los vigiló en su viaje a Oventic. Sin vacilar, los atenquenses van con sus machetes en alto por todos los caminos que conducen a la libertad. En Chiapas no son pocos.