Tulum se ubica en un ecosistema costero que tiene playas de arena blanca y aguas cristalinas, humedales y selvas vírgenes, zonas arqueológicas y turismo cultural y recreativo, pero también cuenta con asentamientos humanos marcados por la pobreza, la migración, los saqueos, la marginación, las carencias y la violencia.

Con extraordinarios patrimonios naturales y culturales, pero economía informal y carencia de servicios básicos e infraestructura, se trata de un nuevo municipio pobre en un estado que sigue la implacable compentencia internacional de negocios globales, expresó el antropólogo Jorge Franco Cáceres.

Detalló que Tulum se ubica junto a dos municipios prósperos de Quintana Roo: Solidaridad y Cozumel, únicamente superados en crecimiento económico y desarrollo urbano por Benito Juárez. Las comunidades de Tulum reclaman un modelo de desarrollo sostenible del ecosistema costero a partir del manejo turístico del patrimonio natural y cultural, que sirva para impulsar a sus pobladores a salir de la austeridad en que viven.

La batalla por un modelo comunitario de desarrollo sostenible del turismo costero está sustentada en que la mayoría de los habitantes de Tulum se dedica a actividades empresariales o comerciales vinculadas con el turismo ecológico o cultural.

Franco Cáceres explicó que en el proceso científico de validación social del empeño empresarial del grupo Maya Zamá por rescatar al relegado Tulum como alternativa de negocios globales para el desarrollo turístico de la costa caribeña, las consultas a los habitantes del nuevo municipio sirvieron para llegar a la conclusión de que, a diferencia de lo que argumentan los empresarios yucatecos del Downtown, muy pocos aspectos de la vida económica y social son indeseables para el futuro turístico sostenible a partir de los patrimonios natural y cultural en este asentamiento costero.

El antropólogo yucateco reconoció que existe marginación económica en Tulum, debido a la falta de oportunidades laborales y servicios básicos, pero los habitantes del municipio permanecen firmes en la batalla contra el desarrollo turístico Maya Zamá e insisten en un modelo comunitario de desarrollo sostenible del turismo costero y no sucumben al canto de las sirenas del proyecto residencial de los Diaz Castellanos.