Ante las reiteradas preguntas sobre si el gobierno federal contempla incrementar los impuestos, el presidente Felipe Calderón respondió: estamos revisando todas las alternativas para aumentar la recaudación, incluyendo gravar, precisamente, el consumo de manera más homogénea, no con las disparidades que tenemos. En ese punto, hizo un llamado a todos los partidos, principalmente al suyo, Acción Nacional, para que piensen en México más allá de cálculos electorales.

El martes próximo Calderón presentará al Congreso de la Unión su paquete económico para 2010, y anticipó que buscará convencer a los partidos políticos de que destinen una compensación específica a las familias más pobres que les neutralice sobre cualquier medida fiscal que tengamos.

Además, explicó, muy probablemente planteará la desaparición de secretarías de Estado.

También salió en defensa del jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, al considerar que recibió un trato injusto por haber asistido a la ceremonia en Palacio Nacional con motivo del tercer Informe de gobierno.

Calificó de absurdo que insistan en sembrar cizaña quienes critican al gobernante perredista por ese hecho, cuando es vital el entendimiento entre ambos niveles de gobierno.

Un día después de haber propuesto su decálogo de reformas de fondo, Calderón tuvo una intensa exposición mediática, que se tradujo en 10 entrevistas en radio y televisión, en las cuales se le preguntó de manera insistente si su propuesta incluye el incremento de impuestos.

Su respuesta fue: “sí estamos explorando todas las alternativas; ésa es la verdad.

El llamado es a eso, a no cancelar ninguna alternativa que pueda verdaderamente ayudarnos a solucionar estos problemas, y por la realidad que está viviendo México, presentaré la próxima semana una propuesta ya avanzada de estas reformas económicas que anuncié ayer; en una parte, desde luego, que incluya un esfuerzo importante para aumentar la recaudación, de manera que nos permita ampliar más la base, no sólo por las vías tradicionales, sino también por las vías de gravar, precisamente, el consumo de manera más homogénea, no con las disparidades que tenemos.

–Habló ayer de aumentar la base gravable. ¿Nos va a subir más impuestos a nosotros, a los mismos de siempre, al 12 y 14 por ciento que pagamos impuestos? –se preguntó al titular del Ejecutivo en otra oportunidad.

–Estamos revisando todas las alternativas –respondió.

Posteriormente señaló: tenemos que analizar todas las alternativas, incluyendo las de consumo; también las de ingreso porque, efectivamente, la situación es verdaderamente preocupante, sobre todo porque (...) un Estado que recauda 10 o menos de 10 por ciento del PIB en ingresos fiscales propios distintos del petrolero no tiene futuro.

Refirió que en las economías más desarrolladas, como las europeas o nórdicas, el porcentaje de recaudación es de 46 y 47, mientras la proporción de la población que paga impuestos es superior a la de México.

Para tapar el boquete fiscal de 300 mil millones de pesos, Calderón anunció como segundo punto que prepara un drástico ajuste a la estructura de la administración pública y aplicar una filosofía de hacer más con menos, lo cual, admitió, generará mucha tensión y saldrán muchas chispas.

La tercera propuesta consiste en introducir en el Presupuesto de Egresos un concepto de largo plazo para que en tiempos de crisis puedan registrarse pequeños déficit que sean compensados automáticamente por pequeños superávit en tiempos de auge o de crecimiento económico.

Al argumentar en favor de su propuesta, llamó a reconocer la realidad: el petróleo, la fuente que permitió el desarrollo nacional, se acabó. Además consideró increíble que México tenga una recaudación pobre, equivalente a 10 por ciento del PIB.