La primera no gastó $3.3 mil millones
Lunes 31 de agosto de 2009, p. 25
Los casi 20 proyectos de infraestructura de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) que fueron aprobados y que se utilizarían como medida anticíclica para enfrentar la recesión económica, al igual que los recursos destinados para apoyar a la población más vulnerable en las secretarías de Salud y de Desarrollo Social, no han cumplido con el ejercicio del presupuesto de manera oportuna y eficiente, se desprende del análisis del Informe de avance financiero de programas aprobados en el periodo enero-mayo de 2009.
El informe de la Secretaría de Hacienda revela que los proyectos de infraestructura carretera tienen un avance solamente de 23.1 por ciento de su presupuesto anual; los proyectos de infraestructura económica de puertos fueron apenas de 15.7 por ciento de su presupuesto total aprobado, mientras que los proyectos de infraestructura social de ciencia y tecnología tienen un avance mínimo de 7.7 por ciento.
Otros programas, como el de mantenimiento de infraestructura, ha erogado solamente 20.6 por ciento de su presupuesto anual, y el proyecto de infraestructura económica de carreteras alimentadoras y caminos rurales gastó apenas 20.4 por ciento.
Los proyectos de infraestructura económica de aeropuertos no ha erogado ni un peso de su presupuesto aprobado para este año.
Esto ha propiciado que la SCT, que se podría considerar uno de los principales motores del gasto contracíclico, ha dejado de gastar al menos unos 3 mil 329 millones de pesos.
En cuanto a los recursos para apoyar a la población más vulnerable, se detectó que tanto la Secretaría de Salud como la de Desarrollo Social no han cumplido con ejercer el presupuesto de manera oportuna y eficiente.
La Secretaría de Salud presentó un subejercicio de 575.3 millones de pesos durante los tres primeros meses del año, pero si se contabilizan los recursos comprometidos pero no erogados, la cifra aumenta a 2 mil 518.7 millones de pesos.
El citado informe detalla que varios programas para dotar de servicios a la población más vulnerable han gastado bajos porcentajes de su presupuesto. Por ejemplo, los Programas de Atención a Familias y Población Vulnerables sólo ejercieron 34 por ciento de su presupuesto anual; el Programa Comunidades Saludables, 8.5 por ciento, etc.