Hoy, a las 15:30 horas, en el Lunario del Auditorio Nacional, Salón Victoria, grupo formado en 1996, presentará su nuevo disco, Insalonia, producción independiente. Sus ocho músicos tienen entre 28 y 35 años de edad.

La mayoría tenemos unos 15 años dándole al rock and roll, expresaron en entrevista Saúl Castillo, tecladista, y Juan Carlos Aquino, saxofonista.

Provienen de distintas colonias: Neza, Cuautitlán Izcalli y Aragón, entre otras. Salón Victoria es, sobre todo, la fusión de Radio Machete y La Toska.

Hace 13 años, expresa Saúl, “estaba el boom del ska; era como la tercera ola y había tocadas casi cada ocho días, masivas en Ciudad Universitaria y deportivos como el Leandro Valle. El movimiento se fue depurando; muchas bandas se quedaron en el camino.

Unas se pasaron al surf y otras al punk. Quedamos los que nos aferramos. Hubo un vacío de información sobre el ska en los medios, quizá porque al público no le gustaba; decían que el ska era de delincuentes. Lo ligaban a quienes rayan las paredes o a la actitud rebelde.

Pero los jovencitos comenzaron a identificarse con esa música, porque, agregó, “vieron en ella un espacio para bailar y pasarla a gusto. Recuerdo que hubo un festival importante en el deportivo Chavos Banda de Iztapalapa, en 1999, donde a los jóvenes se les dio la oportunidad de grafitear, así como de andar en patineta”.

“Por otro lado –agrega–, la crisis sí ha afectado y ahora escasean las tocadas. Hemos dejado de asistir a conciertos por dedicarnos a Insalonia. Las tocadas más bien han sido patrocinadas por el gobierno. En Morelia pagó el Instituto de la Juventud.”

Juan Carlos expresa: “Sin embargo, este movimiento está consolidado. Hay gente que en los 90 iba a nuestros conciertos y ahora lleva a sus hijos a las tocadas.

“Este disco (el tercero de la banda), Insalonia, que es como llamamos a nuestro universo, no trae librito porque fue pensado para que no cueste 120 pesos, sino unos 80 pesos.”

El grupo se llama Salón Victoria, dijo Saúl, porque cuando se unieron los grupos mencionados se hacían comentarios de que parecían grupo de salón de fiestas para quinceañeras.

“Decíamos –precisa Saúl– que sí, y en las presentaciones gritábamos: ‘Esto es un salón de baile, ¡así que a bailar!’ ¿Salón qué? Buscamos nombres. Por ahí se decía que Salón Dadá, que La China, o... pero uno gritó Victoria, y ese nos gustó.”

Los boletos cuestan 150 pesos en Ticketmaster y en taquillas.