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“Quería que su obra fuera entendida no sólo por un ‘círculo de intelectuales’”, expuso la curadora

Picasso autoexploró su animalidad en la cerámica, con el toro: Annegreth Nill

Abren exposición del artista español en la BUAP; reúne 35 piezas realizadas en este material

Foto
Imagen de Pablo Picasso con una de sus piezas de cerámica tomada en 1954 por Yousef Karsh Tomada del sitio en Internet del Instituto de Arte de DetroitFoto Tomada del sitio en Internet del Instituto de Arte de Detroit
 
Periódico La Jornada
Jueves 27 de agosto de 2009, p. 4

En la búsqueda de una experiencia manual, que infundiera su imaginación creadora, y que a la vez sirviera de sostén, estabilidad, y permanencia en su obra, Pablo Picasso (Málaga, 1881-Moulins, Francia, 1973) deja a un lado lo que la tela le había proporcionado para incursionar, en los últimos 25 años de su vida, en la cerámica. El objetivo, sustentado en su simpatía comunista, era compartir su trabajo con más gente, expuso Annegreth Nill, curadora de la exposición Cerámicas de Picasso, que fue inaugurada hace unos días en la Galería de Arte del Complejo Cultural de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

Este sentimiento populista, no sólo afín a su posición política, era motivado por la profunda conexión que sentía hacia los artesanos con quienes trabajaba en la fábrica, similar a la satisfacción que le derivaba el oficio. “Quería que su obra fuera entendida no sólo por un ‘círculo de intelectuales’, sino por el pueblo. Picasso dio vida a la artesanía, pero sobre todo un valor digno”.

Después de un año de gestión con el Museo de Arte Fort Lauderdale, de Florida, que demandó la remodelación de la galería universitaria, con estrictas medidas de seguridad, llega por vez primera a Puebla y a México una selección de 35 piezas, de un total de 66 que atesora la institución estadunidense, gracias al esfuerzo conjunto con la Secretaría de Cultura del estado.

En el recorrido por la muestra, que se presenta junto a los lienzos del artista cubano Carlos Luna, se aprecia que Picasso fue un gran amante de la fiesta taurina, de los animales y de la belleza femenina, con piezas como La mujer de pelo suelto (1964), Lámpara de mujer (1955), Toros (1952), Búho rojo (1957), Pájaro grande (1953) y Jarra con cara (1960), trabajo dedicado a su última compañera sentimental, Jacqueline Roque, que conoció en 1953 y con quien contrajo nupcias un año después.

De impecable manufactura, la colección contempla series de platillos, platos, placas, jarras y jarrones decorados en el inimitable estilo de Picasso, con estampas taurinas, animales, soles, mujeres y caras.

–¿A qué se debe la constante creación de animales en la cerámica de Picasso? –se le preguntó a la curadora del Museo Fort Lauderdale.

–Picasso era un artista de muchas caras. Eso lo podemos ver en sus piezas con figuras humanas y de animales. Decía que estudiaba a los búhos por la cara enojada que siempre tenían, y autoexploró su animalidad con toques de ironía y surrealismo, a través de la fortaleza del toro.

Está magna exposición deja en claro que Picasso no dedicó sólo los últimos años de su vida a la cerámica, pues de acuerdo con Hill, el artista español, influenciado por Paul Gauguin, tuvo el primer contacto con dicho material en 1946, después de la Segunda Guerra Mundial.

Su intensa experiencia de dibujar en piedra y el redescubrimiento de la cerámica en Vallauris hacen que Picasso retorne a la ciudad francesa, que estaba asociada con la alfarería desde la época romana. Así, en el verano de 1947, comenzó a trabajar seriamente en el taller de Madoura, donde a lo largo de 25 años creó miles de piezas únicas y en serie.

Se estima que existen alrededor de 4 mil piezas de cerámica del artista, cuya actividad creadora se extendió a lo largo de 65 años.

–Ante su abundante obra en arcilla, ¿cuáles fueron los criterios de selección de las piezas para esta exposición?

–Picasso hizo mucha cerámica, pero algunas piezas no son tan buenas. El Museo Fort Lauderdale cuenta con un acervo de 66 obras, y sólo trajimos a México las mejores, las piezas únicas, porque también trabajó en serie.

Con una inversión de más de 5 millones de pesos, Cerámicas de Picasso se convierte en la exposición más cara e importante que se ha presentado en Puebla. La muestra estará en exhibición hasta enero de 2010, y la entrada es libre.