El diputado Eduardo Sánchez Hernández escribió su primera novela, Palemón, en homenaje a su padre. En ella narra la vida de un hombre que dio todo por superar las adversidades: es una historia entrañable, de honor, en la cual la realidad supera a la fantasía.

En entrevista, el autor explicó que la historia de Palemón Sánchez Trujillo –que escuchó desde que era niño– refleja cómo un hombre que vive en las zonas marginadas de la ciudad de México logra salir adelante y con perseverancia se convierte en una persona emprendedora.

Destacó que en la vida, las personas que creen en sus sueños los convierten en realidad, pues, aunque el panorama sea adverso, es posible realizarlos. Si en verdad nos proponemos alcanzar nuestro sueño se puede lograr.

El personaje principal da muestras de principios y valores para dejar atrás el mundo al que parece estar destinado por las condiciones de pobreza en las que nace. Sánchez Hernández describe cómo Palemón pasa de ser un hombre que vive en condiciones deplorables, producto de una violación y dependiente de un vendedor de pulque, a ser un alto oficial del Ejército Mexicano.

La vida está hecha para disfrutarla; quien no lo ve así desperdicia una gran oportunidad. Todos los días, aun en las peores condiciones, sucede algo que nos lleva a seguir adelante; hay quienes teniéndolo todo son incapaces de sonreír, y otros que, con muy poco, encuentran los rincones más valiosos de la existencia.

Para la estructura de la novela el autor realizó una investigación histórica de México que coincidiera con la vida del personaje, un joven militar que vive el estallido de la Segunda Guerra Mundial y cuando el presidente Manuel Ávila Camacho declara la guerra a las potencias del Eje.

A lo largo de la historia aparecen personajes como Lázaro Cárdenas, Plutarco Elías Calles, Gustavo Díaz Ordaz o los miembros del Escuadrón 201.

En la novela se entrelaza la gran historia de México con la vida de un personaje común que forma parte de esa historia; al final, lo que sucede en el país es la suma de todas las historias individuales de mexicanos que en su momento hicieron lo propio para salir adelante, explicó Sánchez Hernández.

En todo momento, la ficción parte de elementos reales, de los cuales se sirve para mostrarnos cómo eran la jerga y la conducta de los militares, la evolución de la sociedad mexicana o el papel de los héroes revolucionarios en un ejército regular.