Analistas del grupo financiero Santander admitieron que el impacto de la crisis externa en la actividad en México ha sido por demás significativo, como muestran registros del producto interno bruto (PIB) en la primera mitad del año, por lo cual la recuperación de la economía mexicana llevará tiempo antes de alcanzar los niveles observados antes de la recesión.

El PIB de México en el segundo trimestre de 2009 acentuó su deterioro al disminuir 10.3 por ciento anual, acumulando cuatro trimestres consecutivos con contracciones y situándose como la mayor caída desde 1932.

Los especialistas señalaron que la recuperación de la economía estadunidense será lenta debido, entre otros factores, a la fuerte afectación en los niveles de empleo, la restructuración del sistema bancario y los elevados índices de endeudamiento que alcanzaron los consumidores en esa economía, lo cual implicará que en México llevará tiempo alcanzar los niveles de actividad reportados antes del impacto externo.

Recordaron que, en términos secuenciales, se acumulan cuatro trimestres consecutivos de caída, que implican una diferencia sustancial respecto de la tendencia de crecimiento del PIB que se registró hasta el segundo trimestre de 2008.

En el corto plazo, la recuperación dependerá del impacto en algunas industrias localizadas en el país que tenga la reconstrucción de inventarios en Estados Unidos y la fortaleza de la reactivación que se anticipa para esta economía, particularmente del gasto de los consumidores.

En lo interno deben seguirse promoviendo reformas económicas que permitan reactivar la inversión y el empleo, por ejemplo en el sector energía.

Por su parte, analistas del Scotiabank estimaron que a partir del tercer trimestre de este año comenzará una modesta y gradual recuperación, en línea con la incipiente reactivación estadunidense, que ya ha comenzado a transmitirse a la economía de México.

En opinión de Miguel Ángel Medrano, especialista de Scotiabank, si bien la contracción del PIB total en el segundo trimestre de 2009 fue mayor a la del trimestre previo (-10.3 por ciento contra -8.0 por ciento), las cifras desestacionalizadas y de tendencia confirman que lo peor de la crisis financiera y de la recesión económica ya quedó atrás, y que la economía se encuentra en un periodo de estabilización.

Para fundamentar estas aseveraciones señala que entre junio y julio se han generado casi 20 mil empleos formales, la industria automotriz registró un considerable menor deterioro al inicio del segundo semestre, la confianza de los consumidores ha mejorado en los últimos 12 meses y las exportaciones han empezado una modesta tendencia de recuperación.

Las variaciones anuales del indicador global de la actividad económica (PIB mensual) también confirman el inicio de la reactivación (-12.2 por ciento en abril, -11.0 en mayo y –8.1 en junio).

Para el especialista de Banamex Eduardo González, el resultado de la caída del PIB de 10.3 por ciento, pese a ser el peor registro al menos desde 1981, cuando se inició la medición de manera trimestral, el resultado fue mejor al que anticipábamos.

Explicó que la caída anual, mayor a la del trimestre previo, se debió en parte al efecto negativo del calendario de Semana Santa –que significó menos días laborales en el segundo trimestre respecto del mismo lapso de 2008– y al impacto de la epidemia de gripe A la profundizó.

Aunque en los próximos días los principales grupos financieros en el país revisarán las proyecciones de crecimiento del PIB para lo que resta de 2009 y 2010, el grupo financiero Banamex mantiene su pronóstico de un decrecimiento de la economía de 7.4 por ciento para el PIB en todo 2009.