La administración de los recursos del erario que recibió el grupo parlamentario del PRD en la LX Legislatura de la Cámara de Diputados se mantiene en la opacidad. Al concluir una larga reunión de los diputados perredistas salientes en San Lázaro la situación de los dineros se postergó hasta la semana próxima cuando se dé a conocer un informe detallado del uso y destino de las partidas presupuestales de los pasados tres años.

Los legisladores inconformes, junto a Javier González Garza y Sonia Ibarra acordaron que en el transcurso de la última semana de agosto todos los trabajadores de la fracción perredista serán liquidados conforme a la ley, y para ello se integrará una comisión de diputados que vigile el destino de esa partida.

El malestar de la mayoría de los diputados perredistas que no han recibido el cheque con el monto de su fondo de ahorro y demás prestaciones generadas en los pasados tres años, se evidenció ayer en el auditorio Heberto Castillo del Palacio Legislativo de San Lázaro –ubicado en el área correspondiente al partido del sol azteca– cuando de manera unánime se acordó emprender una auditoría económico-financiera a la gestión de Sonia Ibarra –esposa de Guadalupe Acosta Naranjo– quien durante los recientes tres años manejó y distribuyó el dinero del grupo parlamentario.

Al esgrimir el argumento de la defensa de los derechos de los trabajadores a recibir su liquidación, los representantes perredistas demandaron la pronta entrega del dinero que deberá serles entregado, por medio del fondo de ahorro y de las prestaciones concernientes a su papel como representantes populares en la legislatura que está a punto de concluir.

En el fondo del escándalo se ubica la inconformidad de los diputados perredistas porque desconocen el destino de los remanentes obtenidos del manejo del presupuesto general de la Cámara, que cada año los coordinadores parlamentarios se reparten proporcionalmente, y de los cuales no se requiere comprobación.

Al transcurrir el encuentro privado de los diputados perredistas, los integrantes de la corriente Nueva Izquierda David Mendoza y Antonio Ortega Martínez demandaron a Javier González Garza y a Sonia Ibarra una explicación clara y contundente del destino de los remanentes citados, que tan sólo el año pasado alcanzaron los 400 millones de pesos.

La reunión, que convocó a más de 60 diputados, a instancias de Javier González Garza transcurrió sobre la exigencia de que Sonia Ibarra aclaré e informe detalladamente en torno a los ingresos del grupo y los egresos que mediante sueldos y gasto corriente se realizaron durante el pasado trienio.

El argumento de González Garza e Ibarra se fundamentó en que la secretaría general no había depositado el dinero correspondiente para pagar las liquidaciones de los trabajadores y el fondo de ahorro de los diputados. Incluso señalaron que apenas antier se recibió la partida, pese a que el secretario general, Guillermo Haro Bélchez, expuso con anterioridad que el depósito se concretó hace más de dos meses.

Durante toda la reunión, el coordinador de la bancada y la administradora sólo alcanzaron a asegurar que la próxima semana se presentará un informe detallado en torno a este escándalo, se liquidará a los trabajadores y los diputados recibirán su fondo de ahorro. Frente a ellos decenas de legisladores expusieron su enojo por la poca claridad que rodeó la actividad de Sonia Ibarra.

Mónica Fernández Balboa describió que durante la reunión los diputados decidieron, por unanimidad, aplicar una auditoría al ejercicio administrativo de la esposa de Acosta Naranjo, porque hoy más que nunca urge la rendición de cuentas y la honestidad; también decidimos que se pague el monto total de las liquidaciones de los trabajadores, porque esos recursos ya fueron depositados por la secretaría general con objeto de hacércelos llegar a quienes laboraron con nosotros en los recientes tres años.

Finiquitos millonarios

González Garza había anunciado que la próxima semana sus compañeros recibirán un monto de entre un millón cien mil y un millón 200 mil pesos por concepto de fondos de retiro, aguinaldo y finiquito: como un millón 100 mil, más estas cosas, como un millón 200 mil o algo así. Eso es lo que yo calculo.

–Para un ciudadano común y corriente eso es muchísimo dinero– se le dijo.

–Es mucho dinero. Ese es un fondo de ahorro que se constituye desde que entran los diputados; cada uno firma cuánto le van a descontar al mes, y creo que hay dos posibilidades: que te descuenten 6 o 12 por ciento, yo supongo que la inmensa mayoría pide que sea 12 por ciento, porque la Cámara da una cantidad similar, y con eso se va constituyendo el fondo. O sea, los legisladores meten de su dinero, más o menos 500 mil pesos y al final se llevan un millón de pesos.

–Pero eso ya no debería existir, y menos en las condiciones que vive el país– se insistió.

–Nosotros lo hemos discutido y llevado a votación: que no puede haber fondos de retiro, pero eso existe todavía.

De tal forma y en medio de una nueva crisis suscitada por el dinero que se reparten los diputados cada tres años, se determinó diferir la solución hasta la semana próxima con dos líneas persistentes: que la secretaría general de la Cámara de Diputados ya entregó los recursos, y la preocupante indefinición del área administrativa encabezada por Sonia Ibarra quien insiste en negarlo.