El gobierno peruano utiliza la farándula para atacar a Bolivia, acusa embajador en México
Usurpación cultural, el traje de La Diablada usado por Miss Perú
El atuendo de Karen Schwarz desató la polémica, porque no corresponde a las tradiciones de su país
Sábado 22 de agosto de 2009, p. 7
Los retorcidos y artísticos cuernos que coronaron la bella cabeza de Karen Schwarz, la peruana aspirante a Miss Universo en el desfile de trajes típicos del famoso concurso, en Bahamas, trascendieron las fronteras de la farándula y el chisme light para adquirir tintes de conflicto diplomático entre las dos naciones andinas.
Resulta que el traje típico
que presentó la concursante de Perú en el certamen no responde a las tradiciones ni a la cultura del país que gobierna Alan García. Se trata de un disfraz de diablo que se utiliza en La Diablada, una rica tradición que viene del siglo XVI, de los carnavales de Oruro, declarados patrimonio intangible de la humanidad por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura y orgullo de los bolivianos, especialmente de sus indios y mineros, que fueron quienes cultivaron e hicieron pervivir esta danza sacramental durante seis siglos.
El embajador de Bolivia en México, Jorge Mancilla, estima que el gesto peruano es un intento de usurpación cultural
por parte de un país que ha sido hostil con los bolivianos en los últimos años.
En entrevista opina: Ese hecho podría verse desde dos esquinas de opinión: por un lado, el gobierno neoliberal de Alan García sigue practicando privatizaciones a saco y se apropia de la riqueza cultural de Bolivia, como objeto de mercado, al conjuro de una globalización que mezcla, con ceguera imperialista, identidades, historias y economías. Por otro, García, que ha sido poco amistoso con el gobierno de Evo Morales, usa la farándula como otro escalamiento de la guerra de baja intensidad ordenada por Washington contra Venezuela, Ecuador y Bolivia
.
El embajador Mancilla cita, entre otros, algunos de los antecedentes que han tensado las relaciones peruano bolivianas. A comienzos de este año, pese a la protesta del gobierno de La Paz, Lima asiló a tres ex funcionarios del régimen del ex presidente Gonzalo Sánchez de Losada implicados en la matanza de 67 ciudadanos en El Alto de La Paz, durante la llamada guerra del gas
en 2003.
Otro incidente ocurrió en el marco de los conflictos de la región de la Amazonía peruana en Bagua, donde autoridades dieron muerte a más de 30 indígenas que defendían sus recursos naturales. Alan García acusó a Evo Morales de haber incitado a la violencia
en su territorio.
Ante el incidente del atuendo de Miss Perú, que en Bolivia se tomó como una ofensa, más de 10 mil bailarines se hicieron eco del llamado de su presidente y bajo el lema ¡por los mil diablos!
, el pasado jueves salieron a protestar bailando esa danza en las calles de La Paz, Oruro y otras ciudades.
Escritor y maestro del aforismo, el embajador Mancilla llama a esta tradición una auténtica parainfernalia
y explica que su origen se remonta al siglo XVI, cuando los doctrineros
católicos idearon un auto sacramental para enseñar el triunfo del bien sobre el mal. En atrios y sacristías de Oruro y Potosí, un personaje celestial, el Arcángel Miguel, derrotaba a fuerza de espada y verbo a los siete pecados capitales.
“Esa literal clase de catecismo, que la gente conocía como ‘el relato’, epilogaba con un breve baile de los diablos derrotados por Miguel que, además, tenían que arrodillarse ante la Virgen de la Candelaria. Los curas ligaron esa catequesis teatralizada a la conquista del afecto de los nativos urus del altiplano orureño, supuestos adoradores de un subterráneo dios llamado Huari. Los urus eran mineros de la plata y encomendaban su vida a la protección de esa deidad maligna. Extirpado el culto a Huari, la iglesia no pudo evitar que los mineros adoptaran el amparo de otro diocesillo, el Tío, literal hermano de la Pachamama, sólo que muy díscolo y regalador de la riqueza mineral entre sus súbditos.
Los mineros, pues, sacralizaron la danza y La Diablada devino único espectáculo en el mundo en que unos diablos acaban arrodillados ante la Virgen de la Candela, arrepentidos de pecados que tampoco cometieron
, continúa el diplomático con su brevario cultural.
Por último, Mancilla desechó la explicación que Miss Perú ofreció a la prensa boliviana, que esta vez alcanzó unanimidad en su crítica a Perú alegando que La Diablada no pertenece sólo a Bolivia sino también a Perú, porque en Puno, la primera ciudad peruana vecina a Bolivia, viajan los comerciantes a vender el ropaje y las soberbias máscaras de los diablos bolivianos. Esto equivaldría a aceptar que el huapango es japonés o el corrido ruso sólo porque en Japón y Rusia los intérpretes de música mexicana visten trajes de mariachis que compraron en México. ¿O qué?