Berlín/Johannesburgo, 21 de agosto. Los test de asignación sexual a los que es sometida la atleta sudafricana Caster Semenya se convierten cada vez más en un conflicto político y deportivo, después de que su país anunció que reclamará ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Butana Komphela, presidente de la comisión de política deportiva en el Parlamento sudafricano, aseguró que la queja será contra la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés) por haber socavado de manera considerable los derechos y la vida privada de Semenya.

La IAAF solicitó las pruebas después de que su voz grave, su complexión musculosa y su rendimiento generaron dudas sobre su sexo tras conquistar la medalla de oro en 800 metros planos, el pasado miércoles en el Campeonato Mundial de Atletismo que se realiza en Berlín.

La cuestionada campeona, sospechosa de ser hermafrodita, se planteó inclusive no recoger su medalla ante la polémica que se ha generado sobre su sexo.

Nadie me ha dicho nunca que no era una chica, pero para la gente aquí (en Berlín) no lo soy. No soy un chico. ¿Para qué me trajeron? Me hubieran dejado tranquila en mi pueblo, dijo la corredora a Leonard Chuene, presidente de la Federación Sudafricana de Atletismo, según el diario The Times.

El caso de la atleta ha generado indignación y quejas de racismo entre diversos sectores. Sin embargo, la prensa suiza y alemana aseguran que Caster Semenya es hermafrodita y pudo competir porque el veterano preparador físico alemán Ekkart Arbeit manipuló sus niveles de testosterona.

Arbeit, entrenador en jefe de los atletas sudafricanos, trabajó en la antigua República Democrática Alemana (RDA), tiempo durante el cual está probado que proporcionó dopaje a sus alumnos.

Luego fue a Australia y dejó el puesto por acusaciones de lo mismo para ir a Grecia, donde se desató el escándalo de los corredores Kenteris y Thanou, cuyos controles en 2004 resultaron positivos.

La IAAF insistió en que los exámenes de la atleta no sugieren una sospecha de fraude deliberado de la corredora, sino que buscan evaluar la posibilidad de una potencial condición médica que pudiera dar una ventaja injusta a Semenya sobre sus competidoras.

La organización aseguró que cuando se confirmen los resultados las especulaciones sólo podrían ser dañinas para la atleta y su familia.