Berlín, 20 de agosto. Diversos sectores en Sudáfrica reaccionaron con enojo ante las dudas que se manifiestan en el Campeonato Mundial de Atletismo sobre el sexo de la campeona del orbe en 800 metros, Caster Semenya, de 18 años.

Esto huele a racismo del más alto orden, dijo en un comunicado la Liga Juvenil Comunista y el Partido Comunista, que forma parte del gobierno del presidente Jacob Zuma.

También la Unión de Futbolistas del país dio a conocer su severo punto de vista: Estamos decepcionados y condenamos la inconsistencia de la IAAF (Asociación de Internacional de Federaciones de Atletismo) al realizar pruebas físicas y escrutinio genital en Semenya pocas horas antes de la final.

Y agregó: Eso demuestra que esos países imperialistas no pueden aceptar el talento que el continente africano tiene.

Es una mujer. Estamos seguros de ello; no la hubiéramos inscrito a la competencia femenil, dijo Molatelo Malehopo, director de la Federación Sudafricana.

La familia cercana de la monarca mundial, conocida en su comunidad como Mokgadi, aseguró que es una mujer y muchas personas en su natal localidad lo sabe.

La madre declaró categórica al diario británico The Star: La gente puede decir lo que quiera, pero la verdad triunfará; mi hija es una mujer. No estoy preocupada por estas cosas.

Su entrenador Michael Feme, en la Universidad de Pretoria, recordó que a Caster le gustaba enfrentar a los hombres, a quienes les ganaba y eso le permitía tener una ventaja al competir con las mujeres.

El presidente de la federación atlética del país, Leonard Chuene, se pregunta por qué ahora surgen las dudas: ¿Acaso tiene que ver con que no se esperaban una actuación tan buena en su primera cita internacional de importancia?.

El portavoz de la IAAF, Nick Davies, informó que si se llega a comprobar que desde un punto de vista legal Semenya es de diferente sexo al declarado, eso no es hacer trampa y por lo tanto no perdería automáticamente el título.

Un reportero de radio dijo que había hablado con la atleta, quien envió un mensaje a sus críticos: pueden irse al infierno.