Opinión
Ver día anteriorMartes 11 de agosto de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

Las cartas de Álvarez Icaza

Discursos al estilo Círigo

L

a semana empieza con ese presagio a conflicto que no nos ha dejado en los tiempos recientes, y que cada vez es más trágico en su acontecer. Ahora se trata de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, y la sucesión en su presidencia.

El organismo sufre del protagonismo fuera de serie de sus dos presidencias pasadas, y esta última, además, del manipuleo político partidista de Emilio Álvarez Icaza, quien pleno en su conservadurismo, simpatiza abiertamente con el panismo, pero se sirve de las izquierdas para lograr sus fines de poder.

Y más todavía, pretende heredarla. Tal vez para que sus incondicionales le cuiden las espaldas, tal vez para extender su poder en el organismo aun después de haber terminado su mandato; lo que sea, el caso es que tiene las manos metidas en la sucesión hasta el codo, aunque la ingenuidad, o el engaño, pretenda hacer creer que él, Álvarez Icaza, está al margen o no pretenda influir en el cambio, cosa que, de ser cierta, sería una gran noticia.

Hasta donde se sabe, y el presidente actual no quiere reconocer públicamente, sí tiene dos cartas con las que compromete la herencia, una de ellas es Patricia Colchero, mujer curtida en el ámbito de la burocracia pero con muy poca experiencia en el trabajo de campo, y Gerardo Sauri, otro de los que goza de los favores del ombudsman azul.

Los apoyos que esos dos candidatos han logrado, tienen como pilar principal las organizaciones más comprometidas con Álvarez Icaza. Alianza Cívica es una organización en la que el actual presidente de la CDHDF trabajó junto con Patricia Colchero, pero no sólo eso. La presidencia de ese organismo está dirigida en la actualidad por Rogelio Gómez Hermosillo, director del Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), donde no duró mucho tiempo, y luego lo hicieron director del Programa Oportunidades, ambas dependencias bajo la tutela de Josefina Vázquez Mota, activa promotora de la candidatura de Felipe Calderón. Quienes conocen a Gómez Hermosillo aseguran que entre él y Álvarez Icaza existe una muy estrecha amistad desde hace buen tiempo.

Otra de las ONG que apoya las candidaturas mencionadas es Cencos. Como se sabe ese centro fue fundado por el padre de Álvarez Icaza. Poco más se puede añadir a eso, pero por si algo faltara, también la agrupación Infancia Común forma parte de las agrupaciones que apoyan Colchero y Sauri. Esta ONG está presidida por la esposa de Álvarez Icaza. ¿Habrá alguien que dude de la intervención del actual presidente de la CDHDF?

Lo peor es que, según se dice entre quienes están interesados en la sucesión, Álvarez Icaza convirtió a Patricia Colchero en la fachada de sus verdaderas intenciones. Sabedor de que la candidata sería muy cuestionada por su falta de experiencia, y por pertenecer al círculo más cercano a él, la envió al sacrificio mientras guarda como su verdadero delfín, a otro de sus incondicionales. Por lo pronto, Patricia Colchero se niega a ejercer critica alguna en contra del organismo, y promete continuidad, es decir, escenarios faraónicos, gastos excesivos y una dieta adecuada que permita que el ego del presidente aumente, hasta donde se pueda.

Las cartas se han abierto a tiempo de lograr, ahora sí, el concurso de alguien que esté más allá de las tentaciones del poder que de una u otra forma han pervertido el quehacer de la comisión, y han creado en su entorno una carpa para el lucimiento y la engorda de los egos del presidente en turno.

De cualquier manera la sucesión está en proceso, algunos organismos fuera del manto de Álvarez Icaza buscan cambiar el destino que se pretende imponer a la CDHDF, lo malo es que tienen como candidato a un personaje que lastimó a las organizaciones no gubernamentales en el caso de Digna Ochoa al ponerse del lado de la teoría del suicidio que levantó la Procuraduría del Distrito Federal.

No es posible saber, al paso del tiempo, que tanta razón tuvo Édgar Cortez al dar su apoyo a la teoría oficial, pero ahora deberá contar con un magnífico argumento para restañar la herida que causó aquella decisión entre quienes están comprometidos con la defensa de los derechos humanos. Cortez, entonces, tampoco parece ser quien pueda encabezar la comisión, y no hay, cuando menos hasta ahora, una candidatura ciudadana seria que pueda competir.

De Pasadita

En días pasados se dio una reunión entre algunos de los más importantes políticos del DF. Uno no tan importante, salido de las sombras y protegido de Bejarano –colado, dicen algunos–, que es de esos que saltan de una diputación a otra, trató de poner límites al trabajo del Gobierno del DF en la Asamblea Legislativa, y otra voz, con autoridad le respondió más o menos así: Sí, ese discurso ya lo conocemos, es el mismo de Círigo. ¡Cuas!