Debe señalar no sólo inconsistencias, sino a responsables de las más altas esferas del gobierno
Lunes 10 de agosto de 2009, p. 8
Gonzalo Ituarte Verduzco, ex vicario de la diócesis de San Cristóbal de las Casas, afirma que si la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) falla en favor de los paramilitares responsables de la matanza de Acteal y resuelve dejarlos en libertad por fallas en los procedimientos judiciales, ratificará la incapacidad del sistema de justicia mexicano para verdaderamente impartir justicia
.
En entrevista, el ex vicario durante la masacre de 45 indígenas de la comunidad Las Abejas, el 22 de diciembre de 1997, exigió congruencia al máximo tribunal debido a que en unos casos sí dan peso a las inconsistencias
en las causas penales y en otros, como el de Atenco, donde todas las violaciones a derechos humanos y las fallas en los procedimientos (contra los inculpados, todos integrantes del movimiento social) no valen. Parece que el que se trate del asesinato masivo de indígenas inermes no le significa demasiado a estos señores (ministros)
.
Sostuvo que el análisis del caso Acteal representa una gran oportunidad
para la SCJN, no sólo para revisar errores en los procesos penales de los inculpados, sino de profundizar en la investigación y señalar a los autores intelectuales que andan paseando muy contentos por ahí
, así como generar las condiciones para la reforma del sistema judicial del país. La impunidad en México se agudizaría si la Corte no va a fondo
. Sin embargo, lamentó que por la actual composición de ese órgano judicial existan pocas posibilidades de que se realice un análisis a fondo.
El próximo miércoles la SCJN analizará una serie de amparos en que los inculpados manifiestan su rechazo a la sentencia de 25 a 40 años de prisión por los hechos de Acteal, debido a fallas e inconsistencias en el debido proceso, y de alcanzar una senetencia favorable podrían obtener su libertad.
Contra ello, Ituarte Verduzco sentenció: es una gran oportunidad para la Corte, para resolver que aunque estuvieron mal elaborados los procedimientos judiciales, eso no desaparece los delitos ni hace inocentes a los culpables. Inclusive se debería señalar a los los actores políticos e intelectuales de este aterrador crimen
.
El religioso, quien junto a el obispo Samuel Ruiz estuvo cerca de todo el proceso sobre la masacre de 45 indígenas, principalmente mujeres y niños, refirió que aunque algunas personas fueron encarceladas por esos delitos de lesa humanidad, no son los responsables fundamentales, pues hay claridad de que los grupos paramilitares formaban parte de una política de Estado y que hubo responsabilidad de las más altas esferas de los gobiernos federal y estatal
.
Aseveró que los ministros no pueden reducir el análisis y preocupación a las deficiencias en los procesos penales contra los paramilitares sentenciados, ya que de hacerlo así limitarían su trabajo a un ejercicio de estética jurídica
.
Subrayó que los errores fueron responsabilidad de todo el sistema judicial mexicano, sobre todo del Ejecutivo y las procuradurías General de la República y de Justicia del estado.
“No se puede sostener sólo que hubo fallas de las procuradurías; no es simplemente decir: ‘pues libero a los culpables porque no me hicieron bien el papeleo’. En ese caso la SCJN debería indiciar a las personas que incurrieron en tal falla, pues se supone que metieron a la cárcel a personas inocentes, lo que es un delito gravísimo”.
Más que preocuparse por un papeleo correcto, la Corte debe mostrar lucidez para realmente impartir justicia, sostuvo. No puede pervertir el orden de los valores y considerar que es más importante que, al igual que en miles de casos, hubo incosistencias y pasar por alto que se trata de la vida de 45 personas
.
Indicó que una resolución favorable a los responsables de la masacre mandaría un mensaje de impunidad para quienes cometen delitos contra la humanidad y provocaría profunda desconfianza en la población.
Pero lo más grave, subrayó, sería el regreso al lugar de los hechos de los victimarios, “porque pueden volver a encontrarse cara a cara con los familiares de las víctimas. Hablamos de más de 40 personas que pueden volver a ese sitio muy alegres y contentos, lo que generaría situaciones de violencia.
Pero la cultura de paz es intensa en Las Abejas, que probablemente no reaccionen violentamente, pero sí huirían ante el temor por su vida y tranquilidad. Eso es terrible, y esa consecuencia no parece ser la preocupación central de los ministros
, concluyó.