Aunque en los últimos años se han registrado avances importantes en materia de equidad de género en México, aún persisten graves rezagos en este aspecto, señaló el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles.

Al inaugurar la Reunión nacional de universidades públicas Caminos para la equidad de género en las instituciones de educación superior, Narro destacó que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Juventud, en México en 2005, 20 por ciento de los jóvenes no estudiaba ni trabajaba; de ellos, más de 80 por ciento eran mujeres.

Ante representantes de 29 instituciones de educación superior, el rector de la máxima casa de estudios reconoció que ha habido mejorías. Dijo que el porcentaje de mujeres en bachillerato y licenciatura es mayoría; incluso en el posgrado la relación de género se ha modificado, pero, esto agregó, no es un asunto exclusivamente cuantitativo.

Cifras del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) de 2009, revelan que del total de candidatos en esos tres niveles, las mujeres representan 32.9 por ciento, frente a 67.1 de hombres. Pero la mayor disparidad se da en el nivel de posgrado, donde éstas sólo alcanzan 18.8 y los varones 81.2. Ello se debe a que las mujeres interrumpen el ascenso por razones de matrimonio y maternidad, de acuerdo con un comunicado de la UNAM.

Asimismo, en la unidad de seminarios Ignacio Chávez, la presidenta de la Comisión de Equidad y Género de la Cámara de Diputados, Maricela Contreras Julián, consideró que aunque en los últimos años ha habido una especie de feminización de la matrícula escolar, ello no implica igualdad de género. Las universidades, dijo, deben convertirse en motores de la transformación social, donde la justicia, la libertad de decidir, el respeto a los derechos y la ausencia de discriminación sean valores que disfruten mujeres y hombres.

Aunque en la actualidad más mujeres acceden a la educación, éstas se encuentran entre los mayores índices de la población que vive en pobreza. Por ejemplo, de los 12 millones que habitan en el campo, sólo 600 mil cuentan con un título de propiedad o posesión de tierras y de los poco más de 700 mil empleos que se perderán este año, más de la mitad serán de mujeres.