Fue cratoconjuntivitis actínica, afirma el director del hospital que atendió a los afectados
Funcionarios negaron que el problema se debiera a la prolongada exposición a sol y reflectores
Martes 4 de agosto de 2009, p. 7
Desde que decenas de niños de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de México sufrieron lesiones en los ojos y quemaduras en la cara al haber sido expuestos a una intensa luz solar para dar un concierto al titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Alonso Lujambio, el director de la agrupación musical, Enrique Barrios, intentó convencer a los padres de los menores de que fue un problema de contaminación ambiental, y no de la falta de cuidado –que debió tener él–, revelaron progenitores.
Sin embargo, el argumento de la contaminación, el cual también fue utilizado por Lujambio, fue totalmente descartado por Jorge Villar Kuri, director del hospital Dr. Luis Sánchez Bulnes de la Asociación para evitar la Ceguera en México –donde fueron atendidos los menores afectados–, quien afirmó que se trata de cratoconjuntivitis actínica
, la cual es ocasionada por radiaciones ultravioletas no filtradas por la atmósfera, mismas que lesionan de manera superficial el ojo
.
La señora Rosa María Pérez, madre de dos niños que sufrieron lesiones en los ojos y quemaduras en el rostro, expresó: El director de la orquesta nos dijo que había sido debido a la contaminación, pero ya después mis hijos me dijeron que habían sido las luces. Se tuvieron que haber tomado medidas para ese concierto en la SEP
.
En entrevista, Villar Kuri recordó que en los últimos días ha llovido, lo cual ayuda a limpiar el ambiente de contaminación.
Estos son días afortunados para ver el Popocatépetl
desde la ciudad de México, expresó.
De hecho, de acuerdo con el reporte ambiental del sábado primero de agosto, el índice de imecas tuvo niveles normales.
Pese a que ayer la SEP envió un comunicado en el cual afirma de manera categórica que todos los integrantes de la orquesta ya están en sus lugares de origen y en buenas condiciones
, Rosa María Pérez expresó que está muy preocupada por la recuperación de los menores.
Su hijo, Luis Arturo, de 16 años, quien toca el clarinete, refirió que el domingo veía nublado; ayer, más claro, pero aún no puede abrir los ojos: se cansan y se cierran
.
Contó que Enrique Barrios, al despedirse de ellos, les dijo que no se preocuparan, que siguieran con su tratamiento.
Después llegó su esposa y nos dijo que fue un problema de contaminación. Yo me le opuse y le dije que no es cierto, que fueron los reflectores y la luz solar. Me dijo que si estábamos completamente seguros, y dijimos que sí. Le expresé que además ese concierto no estaba en el programa, y comentó que fue para que la SEP apoyara con más dinero para la siguiente gira.
A su vez, Villar Kuri enfatizó que la cratoconjuntivitis se debió a una intensa exposición a la luz solar y no descartó que tanto los reflectores, referidos por los niños, como las hojas blancas de las partituras –las cuales, aunque no funcionan como espejo, sí reflejan de manera parcial la luminosidad–, pudieron haber contribuido a las lesiones.
Sin embargo, aseguró que los efectos sufridos por los niños son reversibles, no dejarán secuelas en los pacientes y tampoco les traerá problemas futuros.