Prensa escrita
Martes 4 de agosto de 2009, p. 27
Pese a los problemas de los periódicos locales en Gran Bretaña, algunos prosperan. Entre ellos están el Advertiser de New Milton y el Times de Lymington.
Ubicadas en un soñoliento estrecho de la costa sur, con agua de un lado y ponis y techos de teja en el otro, las pintorescas ciudades de Lymington y New Milton atraen gran cantidad de visitantes y residentes jubilados. El Advertiser y el Times son tabloides semanarios en blanco y negro, con los mismos anuncios y un contenido editorial ligeramente distinto para cada ciudad. Tiran casi 22 mil ejemplares en una prensa plana de litografía de la década de 1950, de segunda mano. En su estilo y valores son tan tradicionales como su propietario, Charles Curry, de 88 años, quien todavía dirige la edición. La circulación cayó marginalmente el año pasado, debido más a fallas de circulación que a una pérdida de interés de los lectores. Los ingresos por publicidad se han mantenido relativamente bien: sólo los referentes a bienes raíces han disminuido en forma apreciable, pero comienzan a recuperarse. Las primeras planas llevan pequeños anuncios, como ocurría con casi todos los periódicos en la década de 1950, pero lo que ha sostenido el éxito y la rentabilidad de esas publicaciones ha sido la atención a las noticias locales y el control de costos.
Prácticas similares explican la resistencia en otras partes. La firma Tindle Newspapers, propietaria de más de 200 periódicos locales, mantiene su rentabilidad pese al bache económico. Su propietario, Ray Tindle, es un octogenario que pone gran énfasis en dar cuenta de las noticias locales en forma atractiva. El Observer de Tenby, de Pembrokeshire, sobrevive gracias a que volvió a enfocarse en la localidad de Tenby y sus asuntos luego que su dueño anterior lo había convertido en un periódico regional y lo llevó a la bancarrota. Éstos y otros periódicos han prosperado porque retienen las mejores características de su pasado. Tienen pocos gastos fijos y bajo nivel de deuda. Cubren las notas y la política de la localidad, que interesan a la población. Tienen una confianza en sí mismas que, según se dice, produce alta satisfacción a los colaboradores y baja rotación de personal. Y a menudo funcionan en localidades de lectores pudientes –vacacionistas y jubilados–, que tienen tiempo de leer y se ven poco atraídos por la Internet.
Pero, más que nada, sus propietarios están dispuestos a dar la batalla. Ray Tindle gusta de comentar que no sólo sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial, sino también a cinco recesiones anteriores y a la llegada de nuevos medios de comunicación. Con un espíritu semejante, algunos periódicos locales tienen buena oportunidad de sobrevivir.
Fuente: EIU
Traducción de texto: Jorge Anaya