De Amat Escalante, la cinta se estrenó ayer en salas comerciales
caer en lo políticamente correcto
Se lanzó en un momento poco propicio para los mexicanos en EU; dicen que refuerza los estereotipos de sectores reaccionarios
, señala
Sábado 1º de agosto de 2009, p. 8
Luego de sorprender con su opera prima Sangre, el guanajuatense Amat Escalante presenta su segunda cinta Los bastardos, visión totalmente diferente de la inmigración mexicana hacia Estados Unidos.
A pregunta expresa de La Jornada sobre los comentarios del público estadunidense hacia la película, el cinerrealizador opinó: La película salió en un momento poco propicio para los mexicanos, porque, según me han dicho, ayuda a reforzar los estereotipos que han creado algunos de los sectores más reaccionarios de la sociedad estadunidense
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Amat Escalante, hijo de mexicana y estadunidense, extiende: “Ellos están siendo políticamente correctos, se ofenden con la situación de los mexicanos, tratan de ponerse de este lado. Pero esa no fue mi preocupación; si hubiera caído en la trampa de ser políticamente correcto no hubiera hablado de lo que me interesaba. A mí me gusta, me emociona, jugar con temas delicados y manejarlos de manera brusca, maltratándolos.
Me interesaba mostrar los dos extremos que se producen con el choque de dos culturas que no se mezclan, que viven en esferas distintas y que sólo se llevan bien haciendo negocios, sobre todo en los años recientes, en los que el miedo y la paranoia se han apoderado de la sociedad estadunidense y la han cambiado. No se trata de reforzar esa paranoia, sino de denunciarla, hacerles ver cómo las cosas pueden explotar y salirse de control.
Western moderno
El cinerrealizador definió Los bastardos: “No es la historia típica del inmigrante que va a Estados Unidos. Yo quería hacer una especie de western moderno, donde los renegados actuales serían los ilegales. Estéticamente hablando, la manera como filmamos la película se hizo con la idea de inyectarle una cosa muy de género cinematográfico a un tema que traté de forma muy documental”.
Sobre la participación de actores no profesionales, expresó: “No quería filmar lo que veo normalmente en mucha películas sobre migración, donde visten a los actores como jornaleros que ni hablan como ellos, son falsos. Por ejemplo, a Rubén Sosa (Fausto) nunca tuve que explicarle cómo era cruzar la frontera porque él ya lo vivió.
“Probablemente un actor no ha pasado por eso, no ha trabajado mucho bajo el sol, no sabe hacer muchas cosas. A todos los extras que salen los saqué de Wal Mart... lo único que me interesaba era que fuera gente que confiara en lo que estamos haciendo. Por otro lado, encontramos en las calles de Guanajuato a Jesús Moisés Rodríguez (Jesús), protagonista de la cinta. Me gustó mucho cómo se veía su cara, era lo que buscaba. Mi hermano –con quien escribí el guión– y yo lo encontramos así nada más.”
Escalante trabaja con actores no profesionales “por las necesidades de mis películas. La primera que hice (Sangre) la quise filmar completamente en Guanajuato, con lo que me rodeaba, y sólo tenía no actores, por eso no creo que en el futuro empleé a profesionales”.
Sobre el papel de las drogas en Los bastardos, las que ocasionan que el protagonista asesine sin razón aparente, dijo: “Quizás en sus cinco sentidos Fausto no hubiera hecho lo que hizo. La mujer los está corrompiendo y él quiere eliminar la raíz de lo que no le gusta... Los bastardos está influida por Naranja mecánica, de Stanley Kubrick, de la cual tomé algunos elementos del vestuario de Jesús, así como los colores chillantes de los créditos; además de Yoyimbo, de Akira Kurosawa, por la apariencia física del protagonista, y del documental Los, de James Benning, que retrata diversos sitios de Los Ángeles, California, que también aparecen en varias escenas de su segundo largometraje”.
Los bastardos se estrenó ayer en el circuito comercial de la ciudad de México con 20 copias.