Morelia, Mich., 30 de julio. Los diputados electos del Partido de la Revolución Democrática (PRD) no lograron hoy un acuerdo sobre la elección de su coordinador, debido no sólo a que permanecen las diferencias entre las dos principales corrientes, sino porque ninguna ha logrado alcanzar los votos necesarios. Mientras Nueva Izquierda (NI) pretende posponer una semana la decisión, para evitar que el tema desborde la sesión del Consejo Nacional y se exija la renuncia de Jesús Ortega en la dirigencia nacional, Izquierda Unida (IU) anunció que buscará resolver la coordinación este viernes.

Todavía esta mañana Ortega Martínez buscó en encuentros privados en la ciudad de México negociar con distintas corrientes para que éstas sometieran ante el cuarto pleno del séptimo Consejo Nacional un voto de confianza para mantenerse en la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional, postura que fue rechazada.

A su vez, el senador René Arce anunció que presentará ante el pleno un documento para exigir la expulsión de Andrés Manuel López Obrador por el respaldo que dio al Partido del Trabajo y Convergencia en las elecciones del 5 de julio, aunque integrantes de la misma corriente difirieron de su postura.

Mientras, Jesús Zambrano, uno de los diputados electos que aspiran a la coordinación de la bancada, aseguró que insistir en la expulsión de militantes como López Obrador podría llevar a ahondar la fractura en el partido y que las elecciones del próximo año nos agarren en la lógica del pleito interno. No comparto la lógica de que la construcción de un nuevo partido surja de las expulsiones.

El conflicto para NI es que si René Arce somete su documento a consideración del pleno, el riesgo es que consejeros y diputados electos también exijan la renuncia de Ortega Martínez por los malos resultados electorales, y el consejo se le salga de control.

Sobre la elección de coordinador, ambos bloques presumieron contar con los votos suficientes para definir el proceso interno; no obstante, por el lado de NI se quedó sin los 11 sufragios de los diputados de Alianza Democrática Nacional, lo cual alteró sus expectativas sobre la elección, pues apenas contarían con 27.

Lo anterior obligó a una reunión paralela al inicio de los trabajos de los diputados electos afines a los chuchos, en un hotel de esta ciudad. Posteriormente, Zambrano insistió en la postura de aplazar la definición. Lo más conveniente es no elegir al coordinador en esta ocasión, para seguir dialogando y llegar a un acuerdo integral.

Ortega no decidirá

Por su parte, Alejandro Encinas Rodríguez aseguró que en la agenda de la plenaria está definido que la elección del coordinador será este viernes, por lo que propondrá la votación de inmediato si, de las reuniones que sostuvieron esta noche los distintos grupos, aún no hay consenso.

De acuerdo con los cálculos de IU, tendrían una base de 35 diputados, lo que aseguraría que el coordinador sea Alejandro Encinas, quien en entrevista resaltó la instalación del grupo parlamentario, que ya actuará como órgano colegiado con autonomía. Insistió: Jesús Ortega no decidirá.

Ortega, a su vez, apuntó que no existe una fecha fatal ni una urgencia; si ellos (los diputados) consideran que hay que posponerlo unos días, pues seguramente que será lo mejor.

Por su parte, la corriente de los cívicos convocó a los consejeros a demandar la renuncia inmediata de toda la dirección del PRD y el nombramiento de una dirección provisional colectiva, que dirija y organice la convocatoria del congreso de rectificación.

En un documento, suscrito por el actual diputado Humberto Zazueta y por Mario Saucedo, señalaron que el fracaso electoral del sol azteca no es sólo responsabilidad de quienes colaboran con la derecha, sino de quienes avalaron la política y se adjudicaron candidaturas, profundizando el quiebre moral del partido.

Por la noche, los diputados electos se reunieron con los secretarios de finanzas de los gobiernos de los estados que surgieron del PRD, quienes explicaron el efecto en el gasto del recorte presupuestal aplicado por Hacienda que, denunciaron, ha sido selectivo, para ahogar económicamente a las administraciones estatales de izquierda.