Especialistas en medios de comunicación y politólogos advirtieron que la decisión del Instituto Federal Electoral (IFE) de rebajar la multa a Televisión Azteca, que pasó de 62.8 millones a 21.9 millones de pesos por no transmitir más de 5 mil espots durante la pasada campaña electoral, es lamentable y envía un claro mensaje de permisibilidad en la violación de la ley.

Expertos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) afirmaron que, lejos de avanzar con la reforma electoral de 2007, enfrentamos actos tan negativos como que el IFE perdone multas e imponga las reglas que desean jugar los poderes fácticos.

Manuel Larrosa Haro, politólogo y coordinador de la licenciatura en Ciencias Políticas de la UAM-Iztapalapa, agregó que la decisión del Consejo General del IFE es un mensaje muy lamentable y fundamentalmente una señal negativa, porque pone en el imaginario de la cultura política del mexicano que no se respeta la ley, pues se percibe como algo con lo que puede jugarse.

Enfatizó que es urgente avanzar en una reforma electoral de fondo, que no debe estar aislada de la reforma del Estado, pues de lo contrario corremos el riesgo de caer en una mera simulación. Hoy constatamos que ninguno de los actores, tanto políticos como de los grandes medios electrónicos, están cumpliendo con su parte y navegamos en un mar de confusión.

En entrevista por separado,  Francisco Javier Esteinou, profesor-investigador de la UAM-Xochimilco y experto en medios de comunicación, afirmó que vivimos una situación grave porque refleja la debilidad a la que llegó el IFE; tenemos un organismo ciudadano que cedió a las presiones de los poderes fácticos, en este caso Televisión Azteca.

Ante la disminución escandalosa de la pena impuesta a la televisora por parte del FE, indicó, a lo que se suma el haber tolerado la difusión de mensajes proselitistas en favor del PVEM por parte del duopolio televisivo para garantizar la consolidación de una telebancada en la próxima legislatura en la Cámara de Diputados, hará sumamente difícil avanzar en el proceso de democratización de la comunicación en radio y televisión, propósito que tiene 40 años de retraso.

Es vergonzoso, agregó, que el IFE apruebe disminuir la sanción y que pase por alto todas las irregularidades, imponiendo un nuevo orden en el que los poderes fácticos se ubican por encima de la rectoría del Estado, lo que resulta alarmante para una sociedad que había venido construyendo un camino institucional para su transformación.