Guanacaste, 29 de julio. La cumbre del Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla, cuyos miembros integran la región mesoamericana, volvieron hoy a condenar enérgicamente el golpe de Estado en Honduras, exigieron la restitución del mandatario constitucional, Manuel Zelaya, y dieron su respaldo a la iniciativa presentada por el mandatario de Costa Rica, Óscar Arias, en su condición de mediador.

El vicepresidente del gobierno constitucional hondureño, Arístides Mejía, denunció en la 11 cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla que la situación en su país se parece cada vez más a una dictadura, con asesinatos selectivos, toque de queda y restricciones a la prensa, por lo que pidió más apoyo de países amigos como México para emprender nuevas acciones.

Tras recibir el espaldarazo de sus colegas, Arias reveló que por la mañana habló con el presidente del gobierno de facto, Roberto Micheletti, quien le propuso que alguien de su confianza como Enrique Iglesias hable con los diferentes poderes del Estado y reiteró su negativa a la restitución de Zelaya, punto toral del Acuerdo de San José.

Preocupado por el agravamiento de la crisis en Honduras, pero sin soslayar la vía negociada como solución, Mejía pidió a los gobiernos de México, Argentina y Colombia mayor esfuerzo para lograr la restitución de Zelaya, quien no asistió a la cumbre porque mantiene su movimiento de resistencia.

Con ello, dejó ver que en esta cumbre celebrada en el complejo hotelero de la Hacienda Pinilla hubo una posición compartida de respaldar la mediación de Arias, pero el gobierno de Zelaya dejó ver una diferencia de matiz, que se complemente con mayores medidas presión contra los golpistas. La razón, dijo, es que la situación de aislamiento del país es dramática.

A tono con el discurso de Arias, el presidente Felipe Calderón respondió a los llamados de Mejía que lo mejor que podemos hacer es reforzar y fortalecer el liderazgo en el proceso de mediación que encabeza Arias, al considerar que su propuesta da pie sin violencia ni derramamiento de sangre a que la población hondureña no sufra más esta desafortunada situación.

Luego de hacer la lectura de las conclusiones, demandó voluntad política de ambas partes, en particular del gobierno de facto de Micheletti, para avanzar en una solución que parte de la premisa del restablecimiento del gobierno democrático de Zelaya, y pidió esperar el efecto que producen las medidas aplicadas en contra de un gobierno desconocido por la comunidad internacional.

En la misma línea se pronunció el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, quien declaró que no tiene más exigencias que formular a los países miembros para solucionar la crisis en Honduras, porque han hecho todo lo que han podido.

Cuestionado sobre los señalamientos de Zelaya en el sentido de que Estados Unidos no ha hecho lo suficiente para sancionar al gobierno golpista, señaló que no se le pueden hacer exigencias a ningún gobierno más allá de lo que están en condiciones de hacer.

Convocada para discutir temas como la influenza y los ya tradicionales planes para comunicar a esta región, la cumbre del Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla fue absorbida por la crisis en Honduras.

Así, la llamada Declaración de Guanacaste plantea en su segundo punto el respaldo al restablecimiento del orden institucional por la vía del diálogo, acorde con las resoluciones aprobadas por la ONU, la OEA y el Sistema de la Integración Centroamericana.

Muestra de las divergencias en el conflicto hondureño fue la ausencia del nicaragüense Daniel Ortega. En la cita estuvieron también los presidentes Álvaro Uribe (Colombia), Álvaro Colom (Guatemala), Mauricio Funes (El Salvador) y Ricardo Martinelli (Panamá); Ortega rechazó la invitación, mientras Belice estuvo representado por el viceprimer ministro Gaspar Vega, y República Dominicana por el vicepresidente Rafal Alburquerque.

En su intento por tratar de convencer a los golpistas, Arias los llamó al inicio de los trabajos a aceptar la restitución de Zelaya, so pena de exponerse al ostracismo absoluto.

O revierte el camino andado, anulando ciertos actos (...) o enfrenta el ostracismo absoluto, advirtió Arias, mediador en el conflicto y Premio Nobel de la Paz 1987.

Arias pidió al régimen de facto y al presidente constitucional que acepten el Acuerdo de San José, que incluye la restitución de Zelaya, su renuncia a reformar la Carta Magna –una consulta para plantear una pregunta a la población sobre una Asamblea Constituyente fue según los golpistas el detonante del conflicto–, amnistía y adelanto en un mes de las elecciones del 29 de noviembre.

El Acuerdo de San José sigue vivo (...) Estamos a tiempo todavía, subrayó Arias, quien ha advertido del peligro de una guerra civil en Honduras.

En otros temas, la cumbre también acordó combatir y prevenir el tráfico ilícito de migrantes y la trata de personas, acoger la Iniciativa Mérida como un importante instrumento de cooperación internacional en el combate de la delincuencia organizada, en particular del narcotráfico y reiterar a Estados Unidos la solicitud de que incremente los recursos de cooperación en esta materia.

Como en cada cita, en su resolución de 73 puntos se comprometieron a acelerar los trabajos para la interconexión eléctrica de la región, así como concluir los trabajos de la Autopista Mesoamericana de la Información (enlace por Internet).