Hombre tenía que ser es el título de una obra que tiene que ver con la dignidad, con la autoestima. La escribí por una necesidad personal. Tuve problemas profundos en ese sentido, pero por fortuna no con adicciones, aunque he sido una dependiente afectiva muy fuerte, comentó Thelma Dorantes, la autora que cuenta con una trayectoria de 37 años como actriz.

La obra, escenificada en el teatro Coyoacán de la Sogem (Sociedad General de Escritores de México), alude a una situación difícil: cuando una mujer le echa la culpa a los demás por todo lo malo que le pasa, eso hizo reflexionar a Dorantes, quien estudió dramaturgia con Hugo Argüelles.

“Esta obra salió así, con comicidad. Yo soy así: no soy ninguna intelectual ni soy formal en mi comportamiento. Creo que lo acertado de esta puesta en escena es que la escribí con el corazón, hace 13 años, y salió a la luz hace 12, pero nunca imaginé que tendría el impacto que ha logrado.

“Primero se escenifió en el Foro de la Conchita, con éxito. Ha estado en varios festivales, uno de ellos en Colombia y fue emocionante ver a militares con lágrimas. La máxima experiencia ha sido vivir, saber de gente que ha estado a punto de suicidarse y luego de ver la obra no lo hizo.

Varios especialistas la han definido como un taller de autoestima. No hay palabras para decir lo que siento cuando la gente se va entre risas al final de la función, precisó Thelma Dorantes.

Una mujer con problemas

En el escenario alternan el papel protagónico la misma Thelma y Beatriz Cecilia, así como Al Castillo y Mario Ochoa. El pasado sábado, Beatriz representó de nueva cuenta –lleva unas cien funciones interpretando el papel– a una mujer que se prepara para salir a trabajar.

Esa mujer se siente presionada por problemas de dinero y su compañero se encuentra de viaje, como muchas otras veces que la ha dejado sola, y es por medio del teléfono que se mantiene conectada con el mundo, con sus amigas que viven situaciones similares y con su suegra entrometida.

Los gags se suceden y las risas se escuchan en el teatro. Soy vegetariana... sí... ve-ge-ta... veo jetas en la noche y en la mañana..., dice la protagonista. Su esposo le ha dicho que su cuerpo es un templo: ¿Será por eso que ya no lo toca?

Al final, ella despierta de la pesadilla. Tras una borrachera se da cuenta de que los hombres dejan a sus mujeres sea cual sea la condición y el rango social. Entonces decide romper con todo y no depender de nadie, ¡y mucho menos de un hombre!

En entrevista en su camerino, Beatriz Cecilia expresó: “Esta obra ha hecho varias temporadas, con diferentes actores. En este teatro llevamos un año. Para hacer el papel se requiere ser una actriz versátil. Hacer tragicomedia es difícil, porque es un género muy disparado, hay que manejar la risa y el llanto, con el añadido de cantar y tener una excelente condición física. La obra dura una hora 40 minutos.

“El tema trata de manera sencilla la necesidad de rescatar nuestro valor y aceptarnos como somos, para siempre procurar ser mejores. Aunque se toca un tema universal, que también atañe a los hombres, porque los hay dependientes del alcohol, de las drogas, de las mujeres. Nosotras siempre pasamos de ser la hija, la esposa o la mamá de...

Culturalmente se nos hace dependientes. El objetivo de la obra es plantearnos preguntas como: ¿soy suficientemente valiosa? ¿Soy autosuficiente? ¿Me estoy atendiendo en mis necesidades? ¿Tengo tiempo para todos, menos para mí? ¿A todo mundo le digo lo que tiene que hacer, menos a mí? Nos buscamos tantas ocupaciones para estar sin nosotros y no nos damos tiempo con calidad.

Hombre..., teatro Coyoacán, Héroes del 47 número 122, casi esquina División del Norte. Teléfono: 5688-2314. Localidad: 150 pesos. Funciones: sábados, 18 y 20 horas, y domingos, 17 y 19.