El presidente Felipe Calderón declaró que, a diferencia de los pronósticos que ubicaban a México como un Estado fallido, este año logró enfrentar tres o cuatro problemas estructurales, y aseguró, entusiasmado por el triunfo de la selección nacional de futbol, que éste puede ser el principio de un nuevo ánimo, de una nueva actitud en el país.

Mientras distintas voces desde el priísmo han demandado cambios en el gabinete de gobierno, el mandatario se valió de una práctica futbolística para plantear que se pueden tener los mismos jugadores, pero cuando hay actitudes y visiones distintas, los resultados cambian.

Reunido con el Consejo Nacional Agropecuario (CNA), prometió que siempre estará a las órdenes de la próxima legislatura para dialogar y decidir lo que sea mejor para México, ya que tiene la voluntad política y una convicción personalísima.

Soy alguien que cree en el diálogo, que apuesta, precisamente, a la capacidad y a la inteligencia de la gente para poder llegar a acuerdos, que he creído, no de ahora, sino siempre, que la política es, precisamente, construcción de los mismos, y que en la medida que los acuerdos que se construyan tiendan al bien común, no sólo la política se ennoblece, sino que el país avanza.

Por más complejos que sean los problemas del país, abundó, pueden y deben enfrentarse mediante el diálogo sincero y responsable y la construcción de acuerdos.

Para alcanzar esa meta, declaró que se requieren normas políticas, legales y éticas fundamentales que permitan hacer prevalecer el interés superior de la nación por encima de cualquier interés personal, de grupo o de partido.

Ante los presidentes de las cámara de Diputados, César Duarte, y de senadores, Gustavo Madero, también reconoció y felicitó a los legisladores salientes, ya que, afirmó, manifestaron un enorme compromiso con el país para impulsar una serie de reformas que durante muchos años o décadas había sido imposible procesar, o ni siquiera habían sido propuestas o medianamente discutidas.

Después de declarar este día de fiesta o de alegría para el país porque finalmente ganó la selección mexicana de futbol, se declaró convencido de que puede ser no sólo un impulso fundamental al ánimo del equipo, sino de la nación.

Rodeado de cinco gobernadores –los priístas Eduardo Bours, de Sonora; Mario Marín, de Puebla, e Ismael Hernández, de Durango, y los panistas Marcelo de los Santos, de San Luis Potosí, y Emilio González, de Jalisco–, señaló que durante mucho tiempo se dijo que México sería un Estado fallido, lo que causó un grave impacto a la imagen nacional.

Sin embargo, añadió, el país se enfrentó no a uno, sino por lo menos a tres o cuatro problemas estructurales que hubieran puesto en duda la viabilidad de cualquier nación.

El país tiene problemas, pero también el carácter, el temple, la fuerza para salir adelante, y mientras estemos unidos seguiremos adelante por muy grandes que sean esas dificultades, planteó.

Presentó un balance positivo del sector agropecuario, al señalar que creció casi 1.5 por ciento en el primer trimestre del año y probablemente se haya refrendado en el segundo trimestre.

Además las exportaciones en el mismo sector aumentaron 5.43 por ciento en junio, en relación con mayo, añadió.

En contraste, el dirigente del CNA, Juan Carlos Cortés García, señaló que enfrentan situaciones adversas, como una alta volatibilidad de precios, distorsiones en los mercados, competencia desleal y una importante reducción de los márgenes de utilidad.

Por eso, demandó reformas estructurales en el sector, aumentar la coordinación entre productores y gobierno, un presupuesto para 2010 acorde con las necesidades del ramo agropecuario y no tomar decisiones unilaterales de cambios a programas o políticas de Estado para el rubro.