El Imparcial*
Una ocurrencia peregrina
erece un pequeño comentario cierta peregrina ocurrencia de un colega foráneo católico sobre la indumentaria de nuestro pueblo. Conviene que no se imponga el uso del pantalón
, dice el colega de referencia, y funda su teoría
en que el elemento indígena anda mal de dinero. Mejor habría sido fundarla en que será agradable
á los extranjeros que nos visiten cuando las fiestas del Centenario, ver aligeradas de ropa la nota pintoresca y otras notas que no son para ser anotadas.
Pero, por lo visto, se trata de un principio de economía; y esto es serio. En Francia, la economía es la preocupación de las familias; así como nosotros tenemos la de la moralidad. Y es el caso que una y otra cosa son incompatibles según el colega en cuestión. Una de dos: ó andamos desnudos por las calles ó no somos económicos. Ciertamente que Adán y Eva, nuestros excelentes papás, no necesitaron de los servicios de ningún sastre para vivir felices en el Paraíso, pero... de allí les echaron al fin por inmorales
, si no mienten las crónicas. Las costumbres, por lo que respecta á ese punto, han cambiado poco, y hoy impondríamos un serio correctivo á quienes se atrevieran á hacer público espectáculo de sus usos adánicos
y evescos
.
Por fortuna, las autoridades debemos creerlo así –no piensan como el ocurrente colega que nos ocupa, y habrán de poner buen cuidado en que el uso del pantalón sea impositivo, tanto ó más que el uso del paraguas en época de lluvias. ¡No faltaba más!
CAL
*Este periódico se publicó de 1882 a 1883 y de 1897 a 1914.